La vida volvió a regalarle otro momento de máxima felicidad, cuando el miércoles 23 de diciembre Carrefour confirmó que aceptó la oferta de San Lorenzo para venderle los terrenos de Avenida de La Plata, lo que significa, ahora sí, la confirmadísima vuelta del “Ciclón” al barrio de Boedo. Marcelo Tinelli (55), al igual que el presidente del club, Matías Lammens (35), recibió la noticia con altas dosis de alegría y nostalgia. “Me acuerdo de vos, viejo querido. Volvimos a Boedo”, tuiteó el conductor, vencedor de una batalla que amagó con estirarse y hasta llegar al punto extremo de una expropiación. Pero la película tuvo su final feliz, y así Tinelli, que la noche del lunes 21 culminó una nueva edición del “Bailando por un sueño”, no dudó ni un instante en partir hacia Punta del Este. De inmediato se trasladó desde la actual cancha de San lorenzo, en el Bajo Flores, hasta el Aeroparque, donde abordó un vuelo privado a Punta del Este con sus dos amores, Guillermina Valdes (37) y el pequeño Lorenzo, de un año y nueve meses. Estresado por la vorágine laboral y la interminable trama por saber que sucederá con las elecciones de la AFA, Marcelo no quiso peerder tiempo y se instaló en su chacra “Guanahani” para recibir allí la Navidad.
Paz, armonía y Naturaleza se conjugaron para pasar una Nochebuena y Navidad íntimas y de profunda carga emotiva. Es que “Lolo” empieza a tomar conciencia de las cosas, y sus movimientos despiertan tanta atención como admiración. Las mascotas de la casa, “Horacio” y “Hugo”, el pug que Marcelo le regaló a Guillermina cuando comenzó la relación, también juegan y se entretienen con el principito de la familia. Situaciones que se evidenciaron el viernes 25, cuando la pareja, su hijo y “Hugo” bajaron a la playa impulsados por el magnífico día de sol, aunque no exento de una brisa que hacía pensar dos veces el meterse en el mar. Después de acomodarse en las reposeras, se observó como Marcelo está absolutamente embelesado con su heredero, a quien no deja de jugarle y de hablarle en franca actitud paternal. Guillermina comparte con felicidad ese vínculo entre padre e hijo, sin disimular su bienestar por la figura que luce y que cubrió con una bikini animal print. “Lolo” parece ser pura energía, y por momentos sus caminatas-corridas en la playa obligaron a Marcelo a levantarse de su reposera.
Los baldecitos, el mate y las caricias a las mascotas adelantan una temporada a puro relax y plenamente dedicada al benjamín de la familia. Un “break” que Marcelo necesitaba después de las traumáticas elecciones de la AFA, un tema que no vislumbra, por ahora, definición alguna. “Estas son puras vacaciones”, fue el mensaje que transmitió Tinelli a quienes querían saber si en el verano iba a inmiscuirse en alguna clase de negociación o tratativa. La buena noticia que le deparó San Lorenzo optimizaron su ánimo y lo mantienen con la guardia en alto de cara a los arduos capítulos que se vienen en el AFAgate. Pero esa será más adelante, porque ahora su refugio esteño y su familia le brindan permanentes caricias al alma. Y se entusiasma más con la fiesta que prepara para recibir el 2016 en Guanahani que con las novedades que puedan surgir de un tema que, como todos los desafíos que afronta, lo seguirá encarando a fondo.