El romance entre Karina Jelinek (35) y su nuevo novio, Alberto “Albi” Czernikowski (27) se consolida, al punto que la sensual morocha ya congenió, y muy bien, con su suegra. Luego de compartir salidas con amigos, románticas cenas y tardes de running en Punta del Este, la pareja fue a almorzar con la madre del político de Cambiemos. El sábado 21, los tres compartieron mesa en “Fish Market”, un coqueto restó de la zona de Manantiales. “Mi suegra es una mujer divina”, aseguró Jelinek sobre Sandra, quien ofició como jefa de fiscalización del municipio de Malvinas Argentinas en las elecciones de 2015, cuando su hijo fue candidato a intendente. Al grito de “los votos de mi hijo los cuido yo”, la ahora suegra de Jelinek se enfrentó sin titubear a los temidos “punteros” del conurbano. Dicha tarea la realizó con Karen Sánchez, la esposa del presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, quien es algo así como el padrino político de “Albi”.
Tras el almuerzo, Karina y su novio continuaron su tarde en la playa de La Desembocadura, en La Barra, donde la diosa de Chekka Buenos Aires se mostró distendida y jugó a realizar algunas posturas de yoga frente a la divertida mirada del director de Juventud bonaerense. El idilio de su estadía en Punta tuvo su punto final el domingo 22, cuando regresó a Buenos Aires junto a Jelinek, esta vez, en Buquebus. Parece ser que sus asesores le recomendaron que no utilice el avión privado familiar por temor a que las repercusiones públicas perjudiquen sus aspiraciones políticas. De hecho, el mismo viernes 20, antes de embarcarse a Punta, Czernikowski realizó una recorrida por Parque Alvear, en Villa de Mayo, y Grand Bourg, abocado a su labor social.
Heredero de la recordada empresa Kenia Sharp, propiedad de su abuelo, “Albi” tiene dos hermanos, Victoria y Santiago, quienes también dedican su tiempo a actividades solidarias. Debido a sus aspiraciones políticas, hace dos años mudó su domicilio a Los Polvorines, a cuatro cuadras de la cancha de San Miguel y a dos de la quinta de Macri. Vecino del presidente, ahora resta saber si algún fin de semana habrá oportunidad de que la esposa del mandatario, Juliana Awada, comparta un té con la flamante primera dama de la juventud bonaerense.
Por Diego Esteves
Fotos: Pablo Kreimbuhl