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ACTUALIDAD 07-02-2017 11:00

Luisana Lopilato y Michael Bublé felices por la recuperación de Noah

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En los interminables pasillos del St. Jude Children’s Research corren y rien niños. Hay murmullos, inocentes carcajadas, melodías infantiles, vivos colores, ricos olores y ecos de las más maravillosos cuentos llenos de la magia y fantasía que invaden el corazón en la más tierna infancia. Allí nada hace recordar que se está en un hospital. Allí Noah Buble Lopilato pasó largos meses internado desde que en octubre de 2016 sus padres, Luisana Lopilato (29) y Michael Bublé (41) recibieron la peor noticia. La que ninguna mamá y ningún papá quieren oir. Tomados fuertemente de la mano, frente al médico, escucharon el diagnóstico más terrible. Su pequeño hijo, de tan sólo 3 años —que habían celebrado en la Argentina con una gran fiesta ambientada con su amado “El Hombre Araña”, el 27 de agosto— tenía un tumor en el hígado. La palabra cáncer les pegó una dolorosa trompada. Hubo lágrimas, la inevitable pregunta de “¿Por qué a él?” Y la inquebrantable fe que siempre acompañó sus vidas y que esta vez les dio la inmensa fortaleza para iniciar junto a su hijito una dura batalla.

Inmediatamente actriz y el cantante dejaron todos sus compromisos profesionales de lado para arrancar, seguramente, la pelea más importante de sus vidas. La terrible noticia conmocionó al mundo entero debido a la gran fama de Bublé y, las cadenas de oraciones se repitieron en diferentes países. Ellos, devastados por el diagnóstico, hicieron su íntimo pacto de fe y suspendieron todos sus compromisos profesionales rogando a sus amigos y seguidores que oren por la salud de Noah.

Luisana y Michael no perdieron tiempo. Todo se hizo rápido. Averiguaron cuál era el mejor lugar en el mundo para que atendieran a su hijito y hacia allí partieron. En Buenos Aires, Betty, Eduardo y Darío Lopilato (los “abu” y el tío) tampoco lo dudaron. Hicieron sus valijas y partieron hacia Los Angeles. Toda la familia unida (también se sumaron los padres de él) acompañaron a la pareja y se hicieron cargo del cuidado del pequeño Elías (que el 22 de enero cumplió su primer añito mientras su hermanito estaba internado). “¡Este es el baby de Noah! ¡Lo amo hasta el cielo!”, había dicho Noah.

“Estamos devastados por el reciente diagnóstico de cáncer de nuestro hijo mayor, Noah, quien se encuentra actualmente en tratamiento en los Estados Unidos”, escribieron en Facebook “Lu” y Michael como única comunicación.

Ella abandonó la película “Los que Aman, Odian” que había comenzado a filmar junto a Guillermo Francella y avisó que no haría “Numb”, la que venía después. El también se bajó de todos los escenarios e incluso renunció a la conducción de la 37º Entrega de los Premios Brit, que el 22 de febrero se realizarán en Londres.

“Tenemos un camino largo por delante y esperamos que con el apoyo de todos y nuestra fe en Dios podamos ganar esta batalla. Para nosotros es muy importante la familia y el amor y con esas armas esperamos ganar esta batalla”, apenas anunció Michael. Inmediatamente el “#FuerzaNoah” se convirtió en tendencia de las principales redes sociales con el apoyo de todo el mundo.

El 262 de Danny Thomas PI, en Memphis, Tennesse —un centro médico fundado por el actor Danny Thomas el 4 de enero de 1962— se convirtió en el hogar provisorio de los Lopilato-Bublé. La gran estatua de St.Judas Tadeo, el “Santo de los Milagros”, recibía cada mañana a la actriz. Sin maquillaje. Sin altos tacos ni exclusivos modelos. Simplemente a la quebrada mamá. El hospital infantil está a la vanguardia de la investigación del cáncer en niños. Allí ningún padre recibe una factura por gastos. Es gratuito. Se mantiene con donaciones anónimas, en su gran mayoría, de famosos como Sofía Vergara, Luis Fonzi, Jenniffer Aniston o los Jonas Brothers (que aseguran aportaron 1 millón de dólares cuando uno de ellos se atendió allí por sufrir diabetes). En la confitería, la “Kay Kafe”, una gran leyenda resume todos los sentimientos de los que allí trabajan. “Ningún niño debería morir en el amanecer de su vida”, el lema que les dejó Thomas. En el centro especializado, lograron parte de su fin ya que incrementaron la tasa de supervivencia infantil de un 20, en 1962, a un 80 por ciento en la actualidad. Y el costo operativo diario del lugar es de dos millones de dólares cuyo 75 por ciento lo cubren con las donaciones. Además de tratarse de un edificio moderno que nada hacer recordar a un hospital, allí todo está preparado para que nadie extrañe su hogar y, al internarse con su hijo, cada padre recibe un libro titulado “¿Sabe Usted?”, en el que le enseñan todas las enfermedades, los síntomas, la alimentación para cada paso del proceso, cómo aplicar la mediación, cuentos y canciones para transmitirle a sus pequeños amor y tranquilidad. Allí Noah comenzó con la primera etapa de su internación. Probaron con la quimioterapia y comprobaron que reaccionaba positivamente.

Gracias a soportar bien la dura etapa, le permitieron pasar la Nochebuena y la Navidad en su casa. Por primera vez pasaron las fiestas lejos de su hogar de Vancouver, en Canadá. Toda la familia se reunió alrededor del arbolito, cantaron villancicos y abrieron los regalos de Papa Noel. Darío (36), su amado tío, lo sorprendió con un emotivo mensaje que le hizo grabar a Piñón Fijo (a quien Noah miraba todas las mañanas al despertarse mientras vivió en la Argentina). “¡Mi pequeño gigante! Está todo en manos de Dios”, escribió Darío sin poder evitar que alguna lágrima lo traicionara. “Por tanto os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibireis y os vendrá”, agregó luego el actor citando la frase bíblica de San Marcos. Como muy cristianos que son, aprovecharon la emotiva fecha para juntos volver a elevar una oración por Noah, ya que al día siguiente, el 26 de diciembre, regresaban al St. Jude para iniciar la segunda etapa del tratamiento que, ya sabían, sería más intensa que la primera.

Otras largas sesiones de quimioterapia hasta estar preparado para la operación en la que finalmente le extirparon el tumor. Nuevamente hubo rezos y cadenas de oración por el mundo. Y el “mini Buble”, como lo bautizaron en los escenarios en los que acompañó a su padre (ya que canta todos los temas de Michael), volvió a distinguirse entre los pequeños pacientes del hospital. Quizás su nombre que deriva del hebreo y significa “confortar, consolar, aliviar“, también “descansar y paz”, resultó premonitorio. Como el tío “preferido”, que tiene debilidad por ese pequeño rubicieto, Darío ya había arreglado en su contrato teatral (estaba en Mar del Plata en la obra “Bajo terapia”) viajar para la fecha tan especial por que recibirían los esperados resultados y que coincidía con su cumpleaños (el actor nació el 29 de enero).

El jueves 2 de febrero fue su tía Daniela Lopilato (37) la encargada de transmitir la primera gran y tan esperada buena nueva. “Superó el cáncer que le pronosticaron en noviembre… Se está recuperando. Estamos muy contentos que sea así. No hay más cáncer… Pero que hablen los papás cuando quieran hacerlo”, exclamó superada por tanta felicidad. Y no tardaron demasiado en seguirla Luisana y Michael. “Estamos muy agradecidos de informar que nuestro hijo Noah ha estado progresando bien durante su tratamiento y los médicos son muy optimistas sobre el futuro de nuestro niño. El ha sido muy valiente en todo y seguimos inspirados por su coraje. Por la fuerza que nos ha dado a todos y no podemos expresar nuestra gratitud a sus médicos. Sólo queremos dar gracias a las miles de personas que nos enviaron sus oraciones y buenos deseos. A medida que continuamos este viaje nos sentimos siempre consolados por su apoyo y amor”, coincidieron los nuevamente felices padres. Noah ya abandonó el St. Jude Children’s Research Hospital aunque debe continuar con periódicas visitas. Regresó a su hogar. A su habitación llena de colores y música de la mansión de Los Angeles. Se reencontró con sus juguetes preferidos. Con su amado “Spider Man”, con sus divertidos videos, y su sonrisa y sus ojitos celestes recuperaron el esplendor de siempre. El de la felicidad y de la inocencia que distinguen a todo niño y, que según el lema del centro médico, deberían ser imborrables en el amanecer de la vida.

“¡Noah ya está libre de cáncer. ¡Ha sido muy valiente! ¡El sol volvió a brillar!”, gritó Luisana Lopilato en la intimidad, frente a Michael Bublé y sus amigos más cercanos. Entonces no eran los famosos. Simplemente, los papás de Noah.

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