Como buen caballero, lo primero que atinó a hacer Fernando Burlando (52) luego de que se hiciera pública la separación de Barbie Franco (26), fue una autocrítica: “Me hago cargo de tener una personalidad un poco fuerte. Debo ser bastante molesto”. De todos modos, más allá del sinceramiento, el abogado evitó hablar de ruptura, minimizando el asunto: “Estamos en un breve paréntesis”, dijo, y evitó profundizar sobre su relación con la modelo top Milagros Schmoll, con quien coincidió en un encuentro de polo en La Rural: “No tengo nada que decir, no hay ningún tipo de vínculo. Estaba en un evento de polo”, dijo Fernando, quien el martes 11 la llevó a ver un partido de fútbol de Estudiantes de La Plata y luego la invitó a cenar. Casada en 2010 con el rosarino Manuel Masimino, con quien convivió algunos años en Nueva York antes de divorciarse, “Mili” fue musa de grandes diseñadores como Jean-Paul Gaultier (64) y la preferida de fotógrafos de renombre como Mario Testino (62), Peter Lindbergh (72) y Jean-Baptiste Mondino (67).
“Le debo la vida a Barbie. Me cuidó en los peores momentos que atravesé y eso hace que sea una persona inolvidable para mí. Aparte, la quiero mucho y respeto también mucho a su familia”, explicó el mediático abogado. “¿Si estoy haciendo algo para reconquistarla? No, no”, aceptó, en una respuesta que sumada a las declaraciones poco optimistas de Franco, pareció poner punto final a la relación de cinco años.