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Sandro de América siempre se aseguró de resguardar su vida íntima al máximo. Poco se supo de la fortaleza en la que vivía en Banfield y un halo de misterio giraba en torno a la mansión. Olga Garaventa, su viuda decidió ponerla a la venta y el principal interesado en comprarla es Cristian Castro.
Según confirmó Ángel de Brito en LAM, la mujer del gitano está dispuesta a pedir U$6 millones por la mítica propiedad, de la que poco se conoce. Es que un inmenso paredón separaba la intimidad del artista del barrio que cumpleaños tras cumpleaños, veía convocar a miles de fans -las nenas, como él las llamaba- que esperaban horas para ver su tradicional salida.
Según contaron desde su círculo más cercano, Roberto disfrutaba de andar descalzo por el patio, tomar sol a la orilla de la pileta y mirar el atardecer desde su jardín, en el que era custodiado por dos grandes estatuas en forma de león.
La decoración de la majestuosa propiedad, adoptó el estilo victoriano, digno de un rey. Allí, Sandro atesoraba cuadros y posters de su exitosa y prolifera carrera. Por supuesto que había un rincón destinado a albergar un piano, en el que incontables veces deleitó a unos pocos privilegiados con sus fantásticas melodías.
Roberto Sánchez vivió allí durante 40 años y en alguna oportunidad se refirió a su estilo de vida: "De mi casa para afuera soy Sandro; de mi casa para adentro, Roberto Sánchez: yo no compro lo que vendo. ¿Mi secreto? No tengo: simplemente uso jeans como si fuera un smoking y smoking como si fuera jean".
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