Fueron cinco años de relación, suficientes para que el fuego de tanta intensidad y conexión “siembre cenizas”. Se supo que a principios de agosto, Lucía Celasco (23) y Joaquín Rozas (27) habían decidido terminar con su noviazgo.
Sorprendió, y mucho, ya que la It Girl y el empresario gastronómico se perfilaban como una de esas parejas muy arraigadas, llenas de proyectos. Pero el último tramo de 2017 trajo una “Buena Nueva”, precisamente la reconciliación entre los jóvenes.
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Prueba de ello la dieron las imágenes tomadas por CARAS el jueves 28, en el exclusivo Parador “La Susana” de José Ignacio, donde la heredera de Susana Giménez fue a almorzar y a pasar un día de playa junto al dueño de la cadena de hamburgueserías gourmet “Dean & Dennys”. Ella, como es su costumbre, se había trasladado a pasar las Fiestas a Punta del Este, parando en la chacra que tiene la diva de la TV en Rincón del Indio. Y el encuentro con Joaquín se produjo, y no tardaron en avivarse esas cenizas que perduraban después de tanto amor compartido.
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La pareja llegó y se fue del lugar a bordo de una Ducati Scrambler, moto tan clásica como sofisticada, con llantas de radios y guardabarro delantero recortado de aluminio, que le ofrece una personalidad retro que emula a las motos de los años setenta. El joven emprendedor apuesta siempre a modelos de gran cilindrada: la Scrambler posee dos válvulas por cilindro, refrigeración por aire y alimentación por inyección, lo que garantiza una vigorosa respuesta y potencia.
Lookeada como una verdadera referente It Girl, Lucía, se subió al asiento trasero con un casco rosa, atravesado por una franja blanca y una estrella, simil al que usaba Penélope Glamour, el fashionista personaje de dibujos animados “Los Autos Locos”, producida por el estudio Hanna-Barbera. La moto partió rauda con la promesa de una firme reconciliación y una segunda oportunidad al amor.
F.DEBARTOLO/PERFIL