Suele decirse que para el hombre los 40 son especiales. Que representan algo particular que los lleva a tener una celebración diferente. El sábado 8 de diciembre, Mariano Martínez celebró sus cuatro décadas junto a sus amores: su familia y sus amigos.
La noche reunió a 80 invitados que se acercaron al SUM del barrio cerrado de Nordelta donde vive el actor con su pareja, Camila Cavallo, y la hija que tuvieron juntos, Alma, quien a la hora del festejo quedó al cuidado de su “babysitter” ya que es muy pequeña para trasnochar.
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Alrededor de las 21:30, Mariano y sus hijos mayores, Olivia y Milo —fruto de su relación con Juliana Giambroni—, y Camila arribaron al lugar decorado y ambientado en tonos negros y dorados a pedido de ella. La idea era no ser el centro de atención y el mismo actor recibir a cada uno de los invitados que fueron arribando a partir de las 22 y se quedaron hasta las 3 de la madrugada. Sus amigos íntimos, sus padres, Patricia y Ricardo, y sus hermanos, Diego, “Rodri”, Sol, Matías y Gustavo, participaron de la gran noche: “Fue una velada mágica y única. Quedé maravillado con la decoración, la ambientación y la gran fiesta que se armó. Estuvieron todos mis afectos y pasé un cumpleaños que quedará grabado en mi corazón”, contó Mariano, quien al día siguiente partió rumbo a las paradisíacas playas de México para disfrutar de momentos de relax y tranquilidad con su familia.
El lugar fue aggiornado con caminos de velas, flores y lucecitas, tanto en el interior como el exterior, y en cada mesa se colocó una pequeña sorpresa que el propio homenajeado decidió regalarle a sus invitados. Como no podía ser de otra manera, Mariano y Camila fueron los más divertidos de la fiesta: dieron clases de seducción en una especial coreografía de reggaetón ante la ovación de todos los invitados.
Los tragos más pedidos de la noche fueron las caipiroskas de maracuyá y, a la hora de la comida, se sirvieron diferentes variedades de pizza. La organización estuvo a cargo de Agustina Benítez, amiga de la familia, quien se ocupó de coordinar todos los detalles de la fiesta en la que trabajaron diez personas desde la media mañana para que todo luciera impecable.
El momento más emotivo de la noche se produjo cuando Mariano y Camila cortaron la torta de tres pisos de vainilla, chocolate y dulce de leche, con merengue. En ese instante se besaron apasionadamente ante el aplauso de sus amigos. Luego, la diversión continuó y terminó con todos brindando por la pasión que el actor pone en cada paso de su vida.
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