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La glamorosa mansión del tradicional barrio de Puerta de Hierro, en Madrid, se vistió de negro, de silencio, de lágrimas que reemplazaron las tertulias de música clásica que tanto gustaban a doña Beatriz Arratia, quien falleció a los 98 años. Isabel Preysler, su hija, ofició el último adiós allí para su circulo más íntimo.
En “villa Meona” –como bautizaron a la casa por poseer 14 baños– se cumplió el último deseo de Beba y allí mismo la velaron en una íntima ceremonia. “Isabel está muy triste. Eran muy unidas con su Mum como la llamaba”, aseguraron los pocos que participaron de la despedida. Los mismos que coincidieron que Vargas Llosa –tal como lo mostró el sitio guacamouly.com– fue el apoyo incondicional en el que Isabel encontró un poco de consuelo.
“Beba”, como la llamaban, había nacido en Manila, Filipinas, tenía 3 hijos –otros 3 habían fallecido–, 5 nietos y 6 bisnietos. Vivía en esa casona desde 1992 cuando su famosa hija, la socialité Isabel Preysler (70) –ex mujer, entre otros, de Julio Iglesias– la invitó a que su mude con ella.
En 2015 se sumó al cálido hogar su flamante marido, el escritor peruano Mario Vargas Llosa (85), y desde entonces todos compartían largas charlas de literatura, música clásica y tardes de té con churros.
