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Fue uno de los episodios que mantuvo al mundo del polo en vilo y tan mancomunado como pocas veces antes. Desde que el viernes 5 de febrero se conoció la noticia del grave accidente que “Pedrito” Heguy, de once años y uno de los hijos de Eduardo Heguy (55), sufrió en La Pampa jugando un torneo amistoso, la consternación y la incredulidad se apoderaron de todos aquellos vinculados con una de las familias más emblemáticas del polo mundial. Fue una dura caída del caballo, en la que no pudo desprenderse de los estribos, que lo llevó a golpear fuertemente su cabeza contra el piso. El corazón se le paralizó a quienes presenciaron la escena; el comienzo de un vía crucis mortificante que tanto el “Ruso” como su mujer, Paz Manau, fueron sorteando a pura fe y esperanza. A esas dos palabras se aferraron con una devoción inquebrantable, y 84 días después el milagro les tocó la puerta: el sábado 1° de mayo, Pedro regresó a su hogar de Pïlar para seguir con una recuperación sólo apta para creyentes.
“Estamos agradecidísimos de tenerlo a Pedro en casa, donde estamos viviendo el día a día teniéndolo unido junto al resto de sus hermanos y a su perro. En casa, sí, desayunando, almorzando y cenando todos juntos. A fin de mes creo que lo vuelven a operar para ponerle la placa, que no es un hueso sino una prótesis, en la cabeza. Venimos por buen camino, paso a paso”, le confió el cuádruple campeón de Palermo a CARAS desde su intimidad hogareña, donde este sábado 8 celebró su cumpleaños con “Pedrito” presente. A través de las redes sociales, Eduardo fue reflejando todo el devenir ambulatorio de su hijo, que comenzó en los hospitales Reumann-Enz, de Intendente Alvear, y Gobernador Centeno, de General Pico, grandes responsables de salvarle la vida a horas del accidente. El periplo sanitario, después de estar diecisiete días intubado, continuó en el Hospital Lucio Molas, de la ciudad de La Pampa, en el Hospital Austral, de Pilar, y finalmente en el Instituto Fleni, en Escobar.
Fueron jornadas interminables con cadenas de oración diarias y masivas adhesiones tanto desde nuestro país como desde distintos rincones del planeta donde el apellido Heguy genera admiración y empatía. “Es increible a la cantidad de gente que ha movilizado, personas que lo conocían y muchísimas que no, de acá de Argentina y de muchos lados del mundo. Estamos eternamente agradecidos, les pido que sigan rezando para que Pedro salga adelante”, se manifestó Eduardo desde su cuenta de Instagram, con expresiones a corazón abierto que delataban esos primeros días de incertidumbre: “Son los peores momentos de nuestras vidas, pero acompañados por todos ustedes y por los rezos, nos dan un alivio enorme”.
La evolución de Pedro posibilitó ese triunfal regreso a casa, en el que su mascota “Loli” dio la nota recibiéndolo a puros saltos de alegría. Un día inolvidable también para sus hermanas Pampa (15) y Luján (9), mientras que su hermano varón, Cruz (17), ya había viajado a Inglaterra para jugar su primer temporada en el alto handicap. Su padre lo filmó volviendo a reencontrarse con su cuarto y con su cama, y también pegándole a una pelota de fútbol en el jardín con la zurda, todo un síntoma de la milagrosa rehabilitación. Un proceso al que todavía le restan capítulos importantes, pero ya con la tranquilidad de estar en casa y rodeado de sus afectos.
