¿Te sucede que le mostrás a alguien algo, que para vos es obvio, y por más que lo repitas una y otra vez el otro no puede verlo?
¿O que le hacés un pedido a la otra persona y recibís de ésta otra cosa completamente distinta?
¿O le explicás una tarea a alguien, y va y hace cualquier cosa?
¿O le decís algo con la mejor de las intenciones, y el otro se lo toma a mal y se ofende?
¿O creés haber llegado a un acuerdo con alguien y después cada uno entendió cosas distintas?
Si la respuesta es sí, quédate tranquilo.
Que haya dificultades en la comunicación con el otro es completamente normal. Nuestro día a día está lleno de malos entendidos. ¿Sabés por qué?
Porque en la conversación con otro hay 9 posibilidades de que haya un mal entendido. Sí, como escuchaste, ¡NUEVE!
Porque…
- Entre lo que pienso,
- Lo que deseo decir,
- Lo que creo que digo,
- Lo que efectivamente digo,
- Lo que el otro desea escuchar,
- Lo que el otro realmente escucha,
- Lo que el otro desea comprender,
- Lo que cree que comprende,
- Y lo que finalmente comprende…
…hay 9 niveles en los que puede fallar la comunicación.
Si a esto le sumamos una baja escucha, sin respeto mutuo, aceptación y apertura con el otro; en que nos centramos en la información y no en lo que al otro le puede estar sucediendo con lo que digo; el creer que cada uno tiene “LA” verdad; un alto nivel de juicios y prejuicios que nublan nuestra escucha y observación y, por último, la falta de sinceridad; la comunicación se tornará mucho más difícil.
Es importante entender que todas las personas somos observadores distintos del mundo y esto se debe a nuestra biología, lenguaje, nuestra historia personal y a la comunidad en la que hemos crecido.
Por consiguiente, cada uno escucha lo que escucha al estar condicionado por el tipo de observador que cada uno es.
Humberto Maturana, un biólogo chileno, decía: “Soy absolutamente responsable de lo que digo y maravillosamente irresponsable de lo que escuchas”
Es por eso que es fundamental empezar a entrenarnos en rechequear con el otro qué fue lo que cada uno entendió de la conversación. Esto nos permitirá poder estar alineados desde el principio y así ganar tiempo ante cualquier malentendido que surja.
La próxima vez que te preguntes “¿Cómo puede ser que no me entienda?”.
¡Recordá que los malos entendidos simplemente… suceden!
Para más información:
Ig: @lucasmarsico.coach
Mail: [email protected]
Tel: 011 44183582