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¿Qué te define como Vanguardista?
Me gusta mirar la vida desde un prisma más lúdico, a través del cual siento que puedo analizar algunos paradigmas de un modo diferente. Generalmente las cosas son como son y se hacen como se hacen solo por inercia y muy pocas personas están dispuestas a generar cambios, porque hacerlo significa romper la comodidad, tropezar, fracasar y volver a empezar las veces que sean necesarias. Permitirme encarar una actividad de un modo en el que nadie lo hace pasa a ser una gran oportunidad en la que con esfuerzo, análisis y entusiasmo voy a poder aprender muchísimo.
¿Qué crees que aporta un buen líder a sus proyectos?
Creo que liderar es, principalmente, proyectar en otras personas el entusiasmo y la pasión para emprender una actividad. Un líder debería ser ese espejo en el que otros pueden querer mirarse. Por eso, considero que es el motor emotivo de cualquier proyecto.
¿Cual considerás que es tu diferencial?
Creo que la principal diferencia entre mi propuesta y lo que habitualmente se hace es la motivación que me lleva a hacerlo. Mi mayor interés es generar un cambio real. Por eso, en tanto logre que una persona vea la iniciativa y se diga a sí misma “claro, las cosas podían hacerse de un modo diferente! Lo voy a intentar” yo ya logré mi meta principal.
Intento acercarme al comprador de un modo real. Cuando alguien construye una propiedad para venderla, tiene que intentar hacerla pensando en el comprador y cuando comunica debería hacerlo en el mismo sentido. Aunque la comunicación sea masiva, el receptor es individual y le gusta que le hablen en forma directa.
¿Cómo se te ocurrió generar este modelo de negocio?
La iniciativa nace a partir de ver que los principales actores del mercado no rompen los moldes y siguen con los mismos lineamiento sin identificar como se va modernizando la comunicación. Simplemente se han incorporado a un nicho que tiene movimiento propio y han generado las condiciones para que todos crean que son imprescindibles. La creatividad y la marketing están enfocados en su propia marca, nunca en las propiedades que ofrecen o en quienes son los receptores del mensaje. Estoy convencido que esta actividad corre muchos riesgos si no logra una transformación.
Actualmente somos mucho más permeables a consumir contenido publicitario que se parezca más a lo que nos gusta ver en momentos de ocio y las redes sociales encabezan el posicionamiento entre los canales de comunicación. Pero no se trata solo del canal, sino del modo en que se comunica de manera efectiva a través de ese canal.
¿Cuáles creés que son las claves para llevar un proyecto al éxito?
Creo que el éxito de un proyecto es muy subjetivo. Yo prefiero referirme a metas más que a éxito. Pero en cualquier caso creo que es imprescindible que, antes de empezar un proyecto, plantear claramente el objetivo. Solo así uno puede medir la efectividad de cada una de las actividades que realiza y conocer con certeza si se acerca o se aleja de la meta.
Luego se trata de tener disciplina, perseverancia, permeabilidad para aceptar ideas diferentes, hacer sin miedo a equivocarse, sino con la capacidad de aprender a cada paso, y empujar con entusiasmo.
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