La Pasión por la tierra y los sueños hechos realidad en Papas Tafí

Dejar la seguridad de los campos cañeros de Tucumán para comenzar, junto a sus hijos, de cero en los valles no fue fácil, pero fue el inicio de un sueño que tres generaciones han mantenido vivo.

“Mi abuelo fue un verdadero pionero”, cuenta Manuel Paz, actual gerente general de Finca La Carolina y creador de Papas Tafí. “Cuando llegó a Tafí, probó todo tipo de cultivos, pero fue la papa la que capturó su corazón. Él entendió que en Argentina hacía falta una solución local: la producción de papa semilla certificada”.

En aquel entonces, el país dependía de semillas importadas, caras y muchas veces ineficientes. Con ayuda de técnicos e investigadores, Guré transformó Tafí del Valle en la primera zona productora de papa semilla certificada del país. Ese logro no solo marcó un hito agrícola, sino que sembró las bases para el desarrollo de una empresa que hoy combina tradición con innovación.

"Con el tiempo, mi viejo junto al apoyo intachable de mi mamá Carina, expandieron esa visión familiar". José Manuel padre, introdujo tecnología de punta y construyó una relación de confianza con grandes empresas, convirtiendo a Finca La Carolina en un referente de calidad en la producción de papas para la industria y semilla. Durante más de 30 años, abastecieron a las mayores fábricas del país.

Pero fue la tercera generación quien asumió un desafío más ambicioso: crear un producto propio. “Queríamos que nuestra marca representara algo más que papas. Buscábamos transmitir el espíritu del valle, los valores de la familia y la conexión con la tierra”, explica Manuel quién junto a su hermano Benjamín, gerente de campo y referente en el rubro, arriesgaron y apostaron a un sueño mayor. "El impulso que genera la juventud en las personas, muchas veces hace que soñemos proyectos que pueden llegar a ser un delirio, pero otras veces esos sueños se hacen realidad". Así nació Papas Tafí.

Hoy, Papas Tafí se distingue no solo por su sabor y calidad inigualable, sino también por su identidad. Desde su empaque, diseñado con calidad y cuidado, hasta su distribución que abarca todo el país y más allá de su frontera. La marca lleva un pedazo de Tafí a cada rincón.

“Esto es más que un negocio para nosotros”, dice Manuel. “Es un homenaje al esfuerzo de mis abuelos, a la tierra que nos da todo y a mi familia que nunca dejó de soñar”. Y así, desde Tafí del Valle, esta historia sigue escribiéndose, con raíces profundas y una visión que siempre mira hacia adelante.

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