Regina y Carolina se conocen desde los cinco años. Desde ese momento sintieron que eran inseparables. La vida las puso en frente dada la amistad de sus padres. Por diversas circunstancias de la vida misma, comenzaron a vender sus propias bikinis y eso es hoy su sostén de vida.
“Empezamos hace varios años, somos amantes del mar y la playa. Cansadas de buscar las bikinis brasileras, que son fantásticas, decidimos arrancar a hacer nuestros propios diseños. Y así fue como nos lanzamos en este proyecto, sueño. Al principio de forma muy tranquilas entre amigas en ferias así como un juego”, aseguran ambas.
La vida les cambió, como no podía ser de otra manera, cuando ambas tuvieron familia. Fue allí que arrancaron nuevamente a fondo con la novedad de salir a vender en la playa. “Un día, así como quien no quiere la cosa, salimos a la playa a vender nuestras bikinis. Sentimos tan buena vibra de parte de la gente que todo ese miedo se transformó en orgullo y aprendizaje; ya que encontramos ahí la respuesta de la bikini que ellas querían. Todos se copaban con nuestra historia sobre el proyecto y lo mejor fue que al ponerse la bikini volvían a comprarnos”, ahondaron las amigas.
Claro que siempre en este tipo de casos hay gente que es fundamental para que estos procesos puedan salir adelante. En el caso de las chicas, sus familias y amigos fueron un factor crucial para que ellas puedan salir adelante. “Nuestras familias nos ayudaron de una manera incondicional. Cuando viajábamos a vender a la costa nuestros hijos quedaban con nuestros padres y hermanos”, contó Carolina.
¿Cómo lograron dar el salto?
Fue cuando empezamos a movernos en las redes, abrimos nuestro showroom y de un año al otro no dábamos abasto tuvimos que abrir nuestro loca al público. Hacemos un gran esfuerzo para mantener lo que es calidad y buen precio además de que las bikinis tienen el calce justo, creo que ese es el secreto de nuestro éxito.
Claro que para lograr tamaño éxito en su negocio, es preponderante realizarlo con mucha pasión. “Lo que hacemos nos apasiona y es una gran cualidad para poder llevarlo adelante”, afirmaron ambas de manera entusiasta.
¿Qué es lo mejor que tienen, según su criterio?
Así lo explican: “El secreto de esta historia tiene que ver con muchos años de amistad, confianza ciega, amor por el mar y por lo que hacemos, además de pasión y tenacidad”. Poco y nada cambió desde que jugaban en el mar cuando niñas.
“Nosotras rompimos con todos los patrones de la moldería. Para que la bikini calce como queremos Nosotras estamos meses planeando lo que queremos hacer y ese motor se mantiene prendido cada día. El hacer esto juntas es lo mejor que nos pudo pasar. Así como jugamos de chicas Jugamos hoy de grandes con este sueño llamado Lamaja”, finalizaron.