Como les estuve contando en las notas anteriores, todo emprendimiento tiene un principio, un inicio pero yo creo que este no tiene fin. De a poquito esa semilla que fui plantando empezaron a dar sus frutos y para mi sorpresa muy rápido. Primero empecé haciendo algunos mates por día y de a poco la gente se fue enamorando de mi estilo, de los colores y los detalles. Así fue como empezó a evolucionar tanto Forrest Mates como mi arte, los cuales llegaron a lugares que nunca antes había imaginado. Hoy pinto cientos de mates con la misma pasión y dedicación.
Forrest es un salto al vacío, pasar de hacer mi primera invención en comprar 10 mates a estar en las vidrieras de negocios, me hace creer que en vez de vació había oportunidad, esa oportunidad que hoy hace que mi arte llegue a todo el país.
No solo estamos en la vida cotidiana de las personas, sino que hemos llegado a acompañar el crecimiento de otros emprendimientos y de muchas empresas que nos buscan para tener un regalo que no solo tengan el logo de la empresa sino también que tengan algo que transmitir a sus empleados y clientes.
No es un camino fácil, ya que está lleno de esfuerzo, dedicación, pasión y sobre todo de mucho amor, lo cual es el motor de mi día a día. Siento que Forrest Mates no es sólo mi emprendimiento sino que es un estilo de vida, es una forma especial de vivir rodeada de flores y colores.
Instagram: @forrestmates