martes 02 de septiembre del 2025
CARAS RESTO 21-08-2025 06:47

El arte del chocolate con identidad propia

En Charata, Chaco, existe un rincón donde el chocolate se transforma en arte. Donde cada bocado encierra historias, raíces y sabores que nacen del corazón de la región. Ese lugar se llama Mi Dulce Cata, una chocolatería artesanal que desde hace años conquista paladares con creaciones únicas, y que hoy se destaca por defender una forma de hacer chocolate con sello propio. Galería de fotosGalería de fotos

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Tradición, técnica y tiempo: el chocolate en rama

Uno de los productos más apreciados y distintivos de la casa es el chocolate en rama, una preparación que, aunque suele encontrarse principalmente en el sur del país, tiene en Mi Dulce Cata una expresión singular en el norte argentino. Lejos de ser una novedad, esta especialidad ha acompañado desde siempre a la marca, como símbolo de su compromiso con el oficio chocolatero.

Pero no se trata de una técnica sencilla. Hacer chocolate en rama es un verdadero ritual: requiere paciencia, precisión y sensibilidad. La magia sucede cuando se logra el momento justo de temperatura y textura para "levantar" el chocolate y formar esos pliegues delicados y característicos que enamoran a la vista y al paladar.

“Cada rama que producimos es única. Hay que entender al chocolate, saber cuándo está listo para convertirse en lo que soñamos. Es un trabajo minucioso que no se puede apurar, y eso se nota en cada detalle”, explican desde el equipo.

Sabores que cuentan historias

La identidad de Mi Dulce Cata no sólo se refleja en sus técnicas, sino también en los sabores que elige. Los ingredientes regionales y de estación ocupan un lugar privilegiado en sus recetas: dulces de higo, mamón, pomelo o naranja se integran a bombones y alfajores para sorprender con combinaciones que evocan los sabores de la infancia y la tierra chaqueña.

También incorporan ingredientes más audaces, como la pimienta rosa, el polen, el café o incluso el vino Malbec, logrando perfiles de sabor sofisticados, pensados para quienes buscan experiencias que despierten los sentidos.

Cada creación es una invitación a conectar con lo artesanal, con lo auténtico, con lo que tiene alma. Lejos de lo industrial y repetitivo, Mi Dulce Cata elige el camino de lo hecho a mano, con tiempo, con amor, con intención.

Un chocolate con voz propia

En tiempos de estandarización, esta chocolatería se atreve a ser distinta. A reivindicar los sabores del norte. A contar historias con chocolate. A convertir cada caja en un regalo lleno de emoción.

Porque lo que hacen no es solo dulce. Es un arte. Y tiene identidad propia.

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