Juliana Awada en 1999 conoció a Bruno Barbier, un millonario belga, después de su separación de su primer esposo, Gustavo Capello, con quien estuvo casada solo por un año. Si bien Barbier se jacta de ser conde, su familia no tiene sangre azul, pero si una gran fortuna que supera los 400 millones de euros.
Juliana se encontró con Barbier, en un vuelo de Air France. La conexión fue inmediata y comenzaron una convivencia que duró diez años. En febrero de 2003, nació la primera hija de la pareja, a la que llamaron Valentina. Juliana y Barbier nunca formalizaron su relación a través del matrimonio civil.
Después de casi una década de convivencia, la relación se desgastó y la pareja se distanció repentinamente. La familia Barbier no tomó esta ruptura de la mejor manera según relata el periodista Franco Lindner en su libro "Juliana. Secretos, amores y poder de la dueña de Mauricio Macri". Pocos meses después, Juliana hizo pública su relación con Mauricio Macri , con quien se casó en 2010.
Como continuó la vida de Juliana Awada luego de su separación
A pesar de la separación, la relación entre Juliana y Barbier siempre se mantuvo en buenos términos. En 2016, Barbier la invitó a su boda con Charlotte Barbotin-Larrieu, una joven francesa de 30 años. La ceremonia tuvo lugar en los jardines del Museo Rodin, en París.
Barbier, es un padre presente a pesar de que vive en Mónaco. Luego, Valentina decidió mudarse a Europa para continuar sus estudios universitarios, quien cumplirá 19 años en febrero, contó con el apoyo de su padre y además la asesoró en la elección de su universidad. Actualmente la joven estudia en una Universidad Suiza administración de empresas.
A pesar de su separación, Juliana Awada y Bruno Barbier han logrado mantener una relación amistosa y respetuosa a lo largo de los años.
J.M