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La Familia Real española se encuentra nuevamente en el ojo de la tormenta mediática tras la publicación de una foto de la princesa Leonor disfrutando de una noche de fiesta en Málaga. La imagen, que rápidamente se volvió viral, complicó los intentos de la Casa Real por controlar la narrativa y proteger la imagen de la joven heredera al trono.
El contexto de esta situación revela un patrón de tensiones crecientes dentro de la Zarzuela. Mientras intentan proyectar una imagen de normalidad y unidad en medio de la crisis matrimonial entre el rey Felipe y la reina Letizia, la realidad parece estar muy alejada de ese escenario ideal.
La imagen de la princesa Leonor en el centro de la escena
La obsesión de la Casa Real por controlar la imagen pública de Leonor se ha intensificado, especialmente en la Escuela Naval de Marín, donde cursará sus estudios este año. Allí, han impuesto normas estrictas que prohíben a los alumnos tomar fotos en las que aparezca la princesa, e incluso han autorizado la requisa de móviles para evitar que cualquier imagen se filtre en las redes sociales. Sin embargo, estos esfuerzos parecen haber fracasado rotundamente.
Durante su reciente salida nocturna en Málaga, donde Leonor disfrutó de una velada junto a sus compañeras del Ejército, la seguridad desplegada para proteger su privacidad fue extrema. Diez guardaespaldas la acompañaron, intentando evitar que se tomaran fotografías. A pesar de ello, una imagen de la princesa bailando fue tomada y publicada en Instagram.
A pesar del revuelo, la imagen de la princesa en la fiesta no revela nada comprometedor. Leonor, como siempre, se muestra impecable y consciente de su rol, sin gestos que denoten embriaguez o euforia desmedida.
VO
