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Federico y Joaquín de Dinamarca son hermanos que tienen una relación muy complicada. Este vínculo negativo también se ha extendido a sus respectivas parejas, marcando los últimos años del reinado de su madre, Margarita de Dinamarca.
Con la sucesión al trono de Federico ocurrido este domingo 14 de enero, surge la pregunta de que si los hermanos aprovecharán este momento histórico para reconciliarse. A pesar de las esperanzas en Dinamarca, especialmente impulsadas por la figura de la princesa Benedicta, la hermana de la reina, queda por ver si el nuevo reinado propiciará un nuevo comienzo.
Por qué Federico y Joaquín de Dinamarca se odian
El inicio de un nuevo reinado es propicio para realizar cambios estructurales en la institución, como se ha observado en otras monarquías europeas con relevos generacionales en este milenio. La posibilidad de que el príncipe Joaquín obtenga una segunda oportunidad se ha discutido en medios daneses, sugiriendo que las decisiones drásticas relacionadas con él y su familia fueron tomadas por la reina saliente. La reestructuración podría abrir la puerta a un retorno, especialmente si Federico, como rey, busca apoyarse en su hermano para representar la jefatura del Estado, lo cual implicaría lealtad a la dinastía.
Aunque el nuevo jefe de la Casa Real tiene el poder de realizar cambios, queda por verse si desea revertir las decisiones de su madre, quien allanó el camino tomando decisiones difíciles. La participación del príncipe Joaquín en eventos relacionados con la abdicación y proclamación se hizo de forma "familiar", dejando a su esposa, la princesa Marie, con sus hijos en Estados Unidos. Aunque la princesa Benedicta ha sido clave en el reinado de Margarita II, la incógnita persiste sobre la posibilidad de un regreso del príncipe Joaquín a la institución.
La relación entre Federico y Joaquín de Dinamarca se ha visto afectada en años recientes, especialmente después de que la reina Margarita decidiera quitar los títulos reales a los hijos del hermano menor del nuevo rey. Este episodio marcó un punto de inflexión, generando desacuerdo y decepción. Aunque físicamente se alejaron al mudarse a París en 2020, la controversia persiste. La relación entre las dos familias no es idílica, y la eliminación de los títulos reales ha dejado huellas notables en la relación entre ambos matrimonios.
AM
