Como ya es tradición, el 14 de julio Francia tiñe sus calles y sus cielos con los colores de su bandera. Millones de franceses cubren las avenidas de las principales ciudades y “París es una fiesta”. Sin embargo, este año la pandemia del COVID 19 limitó todos los festejos del aniversario de la Revolución Francesa. Desde 1880 hasta 2019 habían celebrado su fiesta nacional con un gran desfile militar en los Campos Elíseos, frente al presidente, invitados y un bullicioso público que recordaba el asalto a la Bastilla en 1789. Y aunque todo estuvo limitado a sólo dos mil concurrentes especiales, una vez más, las miradas se centraron en la Primera Dama, Brigitte (67), que acompañó a su marido, Emmanuel Macron (42).
Después de cumplir con la obligatoria cuarentena –estuvo encerrada en su hogar, debido a su edad, por expreso consejo de su médico personal-, reapareció con un exquisito outfit rosa. Un clásico vestido Jackie que acompañó con un tapado en composée, que llevó, como es su estilo, con stilettos con punta plateada y clutch haciendo juego. Y, obviamente, volvió a lucir su clásica melena rubia. Con grandes gafas cubrió sus ojos, a pesar de tratarse de un día nublado, y cautivó a todos al cruzar las piernas, desde la primera fila de las sillas ubicadas en la plaza de la Concorde. Este año, la ceremonia arrancó con la Marsellesa, sin tanques ni tropas, sólo con soldados a pie. Aunque sí, respetando la tradición, la escuadrilla acrobática de la Patrulla Aérea, con sus Alphajets pintaron el cielo con humo tricolor.
Fueron 20 helicópteros y 50 aviones, incluido uno de reabastecimiento de combustible utilizado para transportar pacientes con COVID19. También hubo un homenaje al general Charles de Gaulle y luego un mini desfile militar presidido por Macron, a bordo de un jeep. Y, a la hora del mensaje del mandatario que lució su obligatorio “tapabocas”, se recordó su nuevo y enfático mensaje: “Estamos viendo que hay relajación y en las próximas semanas vamos a imponer las mascarillas obligatorias en todos los lugares públicos cerrados. Porque hay signos que muestran que la pandemia sube un poco y puede producirse una segunda oleada… Debemos organizar las cosas porque se ha demostrado que el uso de los tapabocas funciona pero es un poco errático en los lugares públicos cerrados. La mejor prevención para este virus son las máscaras, el distanciamiento social y el lavado de manos para frenar un enemigo que, en Francia, ya se cobró más de 30 mil muertes”.
Pero lo que no pudo calcular el presidente fue que su propia esposa sería la primera en rebelarse a la nueva regla. Ya que Brigitte se negó a cubrir su rostro con cualquier protección. Tanto en ese acto como en el realizado el del fin de semana anterior –durante el que brilló con un vestido, también estilo Jackie, en su otro color preferido, azul, que estrenó en junio de 2019 en su visita a Japón– lució su rostro libre de todo barbijo.
“Yo vivo de forma resuelta y libremente el presente. Para mí, es lo único que existe. Porque sé que mi futuro con Emmanuel no es inquietante. El es un hombre sólido, extremadamente tranquilizante y bueno. Por eso siento que tengo mucha suerte de estar casada con un hombre como él. Tengo esa certeza todos los días desde hace más de 20 años… Yo soy la esposa del jefe del Estado y, como tal, tengo una enorme responsabilidad en todo lo que hago o digo”, aseguró la mujer, consciente de ser una gran “rebelde revolucionaria”.