La “Cruise Collection” 2021 de Dior es un diálogo entre las raíces de la directora creativa de la maison, la italiana Maria Grazia Chiuri, y el “heritage” de la “griffe”: un mapa sentimental que celebra la narración pluri- cultural y la exclusividad de la artesanía.
La designer que al momento de crear siempre enfrenta un proceso personal casi arqueológico, característica propia también del “brand”, para esta nueva colección conectó su imaginación creativa con su amada Puglia (región del sur de Italia), tierra donde nació su padre y donde la Chiuri pasó gran parte de su vida.
“En este período he tratado de dar una nueva forma al trabajo de equipo. A pesar de las dificultades generadas por la distancia, dar una perspectiva a los días nos ha dado fuerza e imaginación”, declaró Maria Grazia, que concibió la colección “Cruise” como una verdadera obra coral entre París y Lecce, ciudad donde tuvo lugar el desfile. Puertas cerradas para un momento sublime que lleva el sur de Italia al centro del mundo, sorprendiendo a los sentidos acostumbrados a una couture perfumada con rosas con un veraz aroma de tomate fresco y genuino.
Faldas desflecadas, pañuelos y vestidos bordados de inspiración “bohemien” (uno de los leitmotiv de Dior de las últimas temporadas) evocan el encanto de la Puglia, representada por los géneros de la “Fondazione Le Costantine”, laboratorio de tejido donde trabajan solo mujeres, ubicado en la localidad de Uggiano La Chiesa y que protege la cultura del encaje hecho a mano llamado “tombolo”. Expresión de una antigua sabiduría textil y material única, estos géneros se lucen en los sacos de la colección, entre los cuales sobresale la icónica “Bar Jacket”, ideada por monsieur Dior en 1947 y reinterpretada en el curso del tiempo por los directores artísticos que se siguieron al frente del “brand”.
A este “crossover” cultural que valora y da voz a la artesanía se añade la reinterpretación del motivo floral de la maison, el “Miss Dior”, por parte del artista Pietro Ruffo, con una versión aún más bucólica entre espigas y amapolas típicas del paisaje veraniego. Un motivo que se desparrama sobre los largos vestidos de liviano algodón, sobre las camisas y los shorts, acompañado por una serie de lemas como “Les perfumes sont les sentiments des fleurs”.
La historia de la maison se manifiesta también sobre los impalpables vestidos cubiertos de flores, sobre las camisas de algodón ceñidas por corsét de cuero, sobre las faldas de cintura alta con volados y motivos en contraste. Las texturas ásperas y consistentes de los conjuntos se contraponen a la liviandad de los “dress” en tulle plisse y a los vaporosos abrigos en “shearling”, mientras la paleta cromática une los eternos tonos del blanco y del negro a las “nuances” típicas del mediterráneo: el rojo de las amapolas, el amarillo ocre de los campos quemados por el sol, el verde de la vegetación de la costa. Maria Grazia nos lleva en los lugares de su infancia, en el Salento, en la sastrería de sus padres en Tricase donde la designer entró en contacto por primera vez con el mundo de la moda: este recorrido se refleja también en los accesorios, desde los pañuelos sobre la cabeza a los zapatos chatos en cuero o género, pasando por las botas de cuero y las joyas de sabor nostálgico que parecen recuperadas de los cajones de las abuelas. Infaltables las carteras, desde la “Book Tote” a la eterna Lady Dior, hasta la “Bobby Bag”, última llegada de la casa y ya consagrada a ser un “must have” de las temporadas a venir.
El mapa sentimental seguido por la Chiuri se extiende también hacia la celebración general de las artes “pugliesi”. Desde el espléndido marco del desfile, la catedral de Santa María Assunta, para el cual los hermanos Parisi, en colaboración con la artista local Marinella Senatore, armaron las célebres arquitecturas luminosas de las “Luminarie” (verdaderas obras de arte que adornan las plazas durante las fiestas patronales), al poder ritual de la “pizzica”, danza popular de la Puglia y símbolo resiliente de la lucha contra la opresión, con las coreografías de la israelí Sharon Eyal, hasta la música con la performance de Giuliano Sangiorgi, cantante del grupo italiano “ Negroamaro”.
El diálogo creativo entre Francia y Puglia dio vida a una colección única, realizada con todas las complicaciones de este nuevo momento histórico y celebrando por esta razón con más fuerza el virtuosismo de artistas y artesanos. Todos creativos que, a través de la poesía de su proprio trabajo, rinden inmortal la belleza de la moda más allá del consumismo desenfrenado, el superamento del cual, una vez más, confirma la vuelta a las orígenes. “Esta colección es una obra coral que celebra la memoria, los valores, la cultura y el futuro de la extraordinaria maestría artesanal de la Maison” subrayó Maria Grazia al final del desfile.