Carlota Casiraghi es una figura enigmática dentro de la realeza monegasca. A pesar de su linaje y la constante atención mediática, la hija de la princesa Carolina de Mónaco mantiene su vida privada alejada de los reflectores. Sin embargo, hay dos pequeños protagonistas que cada vez captan más miradas: sus hijos, Raphaël y Balthazar, quienes han crecido rodeados de un halo de discreción y elegancia.
Raphaël Elmaleh, el hijo mayor de Carlota, nació en diciembre de 2013 fruto de su relación con el actor y comediante francés Gad Elmaleh. A lo largo de los años, el pequeño mostró una personalidad carismática, combinando el carácter divertido de su padre con la sofisticación y el amor por la cultura de su madre.
Aunque Carlota y Gad mantuvieron su relación por tres años, finalmente tomaron caminos separados en 2015. Pese a eso, el actor permaneció presente en la vida de su hijo, y en varias ocasiones habló sobre la buena dinámica que mantienen como familia. "Carlota y yo ya no estamos juntos, pero seguimos siendo una familia. Mi hijo es mi mayor alegría", confesó Elmaleh en una entrevista.
Raphaël, quien está próximo a entrar en la preadolescencia, tiene un gran interés por la lectura, heredado de su madre. En una de sus raras declaraciones, Carlota reveló que su hijo es fanático de los cómics clásicos como Tintín y Los Pitufos, aunque también quedó fascinado con El Principito.
Balthazar, el pequeño de la familia
Cinco años después del nacimiento de Raphaël, Carlota le dio la bienvenida a su segundo hijo, Balthazar Rassam, en octubre de 2018. El pequeño es fruto de su relación con Dimitri Rassam, productor de cine e hijo de la reconocida actriz Carole Bouquet. A diferencia de su hermano mayor, Balthazar creció en un ambiente de mayor estabilidad familiar, dado que sus padres contrajeron matrimonio en 2019.
Según reveló Carlota en la séptima edición de los Rendez-vous Littéraires, Balthazar siente una especial fascinación por la mitología griega, en particular por las historias de Zeus y Hércules.
Si bien Carlota Casiraghi no ostenta un título nobiliario, sigue siendo una de las figuras más emblemáticas de la realeza europea. No obstante, la royal optó por criar a sus hijos lejos del foco mediático, una decisión que parece compartir con su madre, Carolina de Mónaco, quien intentó proteger a sus hijos de la sobreexposición tras la trágica muerte de Stefano Casiraghi.
Aunque los pequeños Raphaël y Balthazar comenzaron a hacer apariciones en eventos oficiales del Principado, como el Día Nacional de Mónaco, siguen mostrando timidez ante las cámaras. Sin embargo, es evidente que su crecimiento está marcado por un equilibrio entre la tradición de la familia Grimaldi y la modernidad que Carlota supo imprimir en su vida.
VO