Emblemáticos palacios, la más importante city del mundo, glamorosos eventos, las veladas más formales y hasta los campos de las granjas de Holanda, todas, representan para Máxima (50) un nuevo desafío fashion. Y todos los supera con aplausos. Hasta la cita campestre de su agenda oficial visitando las granjas del municipio de Deventer, en la región de Salland, ubicada en la provincia de Overijssel de los Países Bajos.
Dispuesta a superar la difícil prueba de caminar por senderos de tierra, barro y pasto, Máxima no sacrificó su pasión fashion por la comodidad. Y así, junto al rey Guillermo (53) lució como la gran “reina fashion” que es. Un vestido verde de su diseñador preferido, Natan, con detalles de flores de almendro, escote barco, mangas kimono y falda evasé plisada fue su perfecta elección. Que completó con una increíble pamela bordó de Fabienne Delvigne y clutch y zapatos altos de Gianvito Rossi en el mismo tono, como la mostró el sitio guacamouly.com.
Con su gran sonrisa de siempre, el fuerte brazo de Guillermo se convirtió en su firme sostén cuando sus finos tacos se hundían en el inestable terreno. Y así, glamorosa, con sombrero en lugar de corona, saludó a los granjeros que desde la madrugada desarrollan su arduo trabajo y hasta, entre bromas de su marido, se animó a posar ante los establos lecheros en la campiña holandesa con las tradicionales vacas holstein friesian de la región.
Y recibió con orgullo el simbólico ramo de flores blancas con el que la sorprendieron los “dueños de casa”. Cuentan quienes bien conocen a la Reina que hoy quiere trabajar sin pausa para así no extrañar tanto a su hija Alexia (16) que se fue a Gales a estudiar.