El súper yate Wajer 55, de dos millones de euros, en el que el rey Guillermo Alejandro (54) y la reina Máxima de Holanda (50) descansaban navegando por el Mediterráneo debió regresar a territorio griego para que la pareja de royals tomara un avión de regreso a su país. Repentinamente cortaron sus vacaciones para volver a La Haya y en el Palacio de Noordeinde recibir a los medallistas holandeses que regresaron de los Juegos Olímpicos de Tokio.
El glamoroso palacio –uno de los cuatro oficiales de los reyes–, estilo rococó, de 150 ambientes incluído un spa, peluquería, piscina, canchas de tenis y establos frente a un gran lago, está ubicado en el centro histórico de la ciudad y fue remodelado durante cinco años por la propia Reina que invirtió alrededor de 70 millones de dólares. Aunque actualmente es utilizado para eventos especiales y como el lugar de “trabajo” del Rey. Con un notorio tono bronceado en sus rostros, producto de sus días de relax en Grecia, la pareja sorprendió con looks en composée.
Máxima volvió a lucir un vestido de su diseñador de cabecera, Natan, que usó en junio, abierto y cruzado adelante, con falda de mucho volumen que favorece su figura y ancho cinturón con gran hebilla. Lo completó con stilettos nude de Gianvito Rossi y clutch de cocodrilo, argollas de oro y su clásico Tank Cartier. Y, casi como un guiño de vacaciones, llevó su cabello totalmente lacio y suelto. Mientras Guillermo llevó un traje en tono azul con camisa y corbata combinando los colores.
Con muy buen humor y sus grandes sonrisas iluminando sus rostros, los reyes felicitaron a los deportistas que ganaron sus medallas en Tokio que lucieron su uniforme blanco, mientras los entrenadores llevaron el color de la Casa de Orange, tal como lo mostró el sitio guacamouly.com. La simpatía y el personal encanto de la reina volvió a imponerse en la reunión que, como ya es costumbre en Máxima, rompió el protocolo y no dudó en saludar a todos y prestar especial atención a las anécdotas que los deportistas atesoraban de su paso por la competencia. Luego de cumplir con su cita oficial, los reyes se despidieron y, según contaron sus asistentes, volvieron a abordar su avión para reencontrarse con sus hijas, las princesas Amalia (18), Alexia (16) y Arianna (14) y así, en familia, continuar disfrutando de sus últimos días de vacaciones navegando por el Egeo.
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