Era el verano de 1994 y Lady Di protagonizó uno de "los escándalos" más fuertes de la época. La princesa, de por aquel entonces 36 años, se disponía a disfrutar de unos días de relax en Málaga, España, sin esperar ser retratada por paparazzis. Las imágenes que recorrieron el mundo y fueron publicadas en el Daily Mirror, la mostraban con los pechos al aire.
Como era de esperarse, el topless de Diana recorrió el mundo y fue tema de debate internacional. Y la sala de clases de su hijo William no fue la excepción. El heredero al trono tenía 14 años y sufrió bullying de sus compañeros luego de que se filtraran las placas de su mamá sin la parte de arriba de su bikini.
Al día siguiente de que estas fotos vieran la luz, Lady Di tuvo un almuerzo con Nicholas Coleridge -actual presidente de Conde Nast UK - a quien le confesó el dolor que el artículo del Daily Mail le estaba ocasionando a su heredero mayor. Los crueles alumnos de Eton, lo habían tomado de punto. “William estaba disgustado. Me dijo que los demás chicos se estaban burlando de él, diciéndole que mis tetas son muy pequeñas”, confesó la princesa.
Fue entonces que Lady Di le preguntó a su amigo: “Nicholas, sé franco, por favor. Quiero saber tu punto de vista. ¿Crees que mis pechos son demasiado pequeños?”. Atónito, Coleridge le explicó que las fotos eran muy borrosas, pero que sus senos eran 'perfectos y que no tenía de qué preocuparse'. “Gracias, sabía que me dirías la verdad. Ahora me siento mejor”, respondió Diana, un poco más aliviada.