viernes 19 de abril del 2024
ACTUALIDAD 05-01-2016 10:14

“Ya queremos ver la cara de la beba"

Figueiras y Guarracino, ansiosos Galería de fotosGalería de fotos

Ella lo mira y él sonríe, como si llevaran años juntos. Bajo el cálido sol y frente al mar de Punta del Este, Ivana Figueiras (28) y Tomás Guarracino (25) reflejan el entendimiento y la comunión en sus gestos. En pareja desde hace siete meses atraviesan uno de sus mejores momentos, a la espera del nacimiento a mediados de abril de su primera beba. Embarazada de seis meses, la empresaria de la firma de lencería “Pompavana”, acompañada por su hija Juana (7) —fruto de su anterior relación— y el top model internacional alquilaron una casa en zona de La Barra, en Manantiales, para recibir el 2016. Llegaron a Uruguay el 28 de diciembre y celebraron Año Nuevo en la chacra marítima de la familia Sulichín, cerca de donde se aloja Marcelo Tinelli, en La Boyita.

“Estamos felices; disfrutando de cada instante del embarazo. ‘Tomi’ es un amor, me ayuda en todo. Con ‘Juani’ se llevan bárbaro: juegan en la arena y, ahora, me divierte verlos debatir sobre el nombre de la gordita. Aún no lo tenemos definido, nos gusta Cala y Aurora”, confiesa Ivana.

Si bien la genética de Figueiras la ayuda a mantener intacta su figura, la modelo cuenta que se cuida un poco en las comidas:“Trato de comer sano. No tengo antojos, dejé el pan y algunos alimentos con mayor tenor calórico. Antes fumaba poco y, de vez en cuando, tomaba una copa de vino y también dejé de hacerlo. Sólo la fiaca me impide hacer actividad física. Por las mañanas ‘Tomi’ me dice que lo acompañe a entrenar pero llevo el embarazo con naturalidad, ya retomaré el entrenamiento. En los primeros meses sentí náuseas, ahora estoy muy bien. Acá aprovechamos más el día y no tanto la noche; sí salimos mucho a comer afuera”. La hija del empresario Marcelo Figueiras (52) —quien vacaciona en Uruguay junto a su pareja María Laura Leguizamón (50) que también está embarazada pero de 4 meses— habla y en el tono de su voz se percibe su felicidad. En Guarracino no sólo encontró al padre de su próxima hija, sino también a un compañero de vida: “Es increíble lo rápido que congeniamos. El es súper atento. El 11 viaja a Buenos Aires para hacer la gráfica de Tascani pero regresa enseguida. No quiere perderse el crecimiento de la panza ni un minuto. Nos quedamos en Punta del Este todo enero, así vamos controlando la ansiedad de conocer a la beba. Ya queremos verle la carita”.

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