Amor, pasión, flirteos, idas y vueltas, intrigas, egos, confusión... Si la gente suponía que los episodios sentimentales de Carolina "Pampita" Ardohain estaban circunscriptos a su aparente relación con el tenista Juan Mónaco, el fin de semana pareció demostrarse casi todo lo contrario. Sobre todo después de las declaraciones que dio el tenista el lunes por la mañana en Ezeiza, recién llegado de Europa, cuando se desentendió totalmente de mantener algún vínculo actual con "Pampita". "Las fotos con ella son de hace mucho tiempo, ahora no nos vimos", dijo sin perder la calma, pero visiblemente sorprendido por la avalancha de micrófonos que lo consultaban sobre cuestiones que lo incomodan: "No hubo reencuentro, no nos encontramos, yo estaba con amigos en otro lado el fin de semana. Nunca hablé de mi vida privada, no es mi mundo. No me metan a mí en algo que yo no tengo nada que ver, no estoy acostumbrado. Hago entrevistas de deportes, no hago esto, perdón", agregó antes de despedirse en búsqueda de un taxi.
"Pico" y "Pampita" llegaron a Buenos Aires, casualidad o no, en el mismo avión de Iberia que despegó de Madrid en la medianoche del domingo. Los dos habían estado en Ibiza, según consta en sus respectivas redes sociales, y todo indicaba que revivirían esos románticos momentos de mediados de mayo, cuando se los vio apasionadamente juntos. Esas fotos descubrieron el romance, y días después fueron avaladas por otras de ambos protagonistas juntos en Buenos Aires. Hasta que pasó lo impensado, una foto anónima en la que se los ve a "Nacho" Viale y "Pampita" conversando amistosamente en la noche ibizenca. Nadie precisó en que restaurante, bar o discoteca fue, y hasta la modelo intentó despegarse de la situación afirmando, el lunes cuando desembarcó en Ezeiza, que la de la foto "no era ella". Casi nadie, o mejor dicho nadie, le creyó, y la divulgación de esa imagen desencadenó una inminente reacción de Mónaco. ¿Que hizo el tenista? El tenista, que venía de perder el martes 19 en la primera ronda del Abierto de Gstaad, en Suiza, subió una foto navegando por el Mediterráneo, y escribió: "Disfrutando el finde, solo con mis amigos!", haciendo hincapie en que nada lo une actualmente con la modelo.
La polémica se instaló ni bien sucedieron estos episodios, un intringulis del que sólo ellos sabrán la verdad. ¿"Pampita" apuesta por sendas relaciones touch & go con Viale y Mónaco para hacer valer su hipotética soltería? ¿"Nacho" y "Pico" se sienten cómodos en sus papeles de amantes, que los libera de toda clase de compromisos? Tan sólo preguntas que ayudan a descifrar un escenario tan confuso como especulativo, y que se entrelazan con otros interrogantes: ¿Con quién se vio la modelo durante sus vacaciones en Ibiza? ¿Fue casual ese encuentro con Viale o acordaron encontrase en ese sitio? El silencio del nieto de Mirtha Legrand le agrega más misterio a una novela que atrapa por tanta incertidumbre. En teoría, las tres patas del triángulo se empeñan en afirmar permanentemente que están "solos", un derecho que nadie puede objetarles, más allá de la imagen y responsabilidades que le caben a la modelo por ser la madre de tres chicos.
Las cartas están sobre la mesa, y cuando se las descubre generan tanta adrenalina como en un juego de Black Jack. Entre los protagonistas no hay fuego cruzado ni acusaciones, como si los tres manejasen un mismo código de complicidad. ¿Será eso tan así? ¿O ese encuentro entre Viale y Ardohain descolocó por completo al tenista? Más dudas que certezas, un desafío para las mentes estructuradas que quién sabe como terminará.