Maluma ya no recuerda el momento justo en que empezó a pasar más horas en el aire que en la tierra. Tampoco cuándo esa literalidad galáctica se trasladó a su carrera. Sí se acuerda con precisión la intuición que sintió el día que debió elegir entre la música y el fútbol cuando sobresalía en las inferiores de Atlético Nacional de Medellín.Y que fue ese deporte el que le enseñó la disciplina y perseverancia que luego materializó en su profesión. “Quería ser futbolista profesional, jugué durante 8 años de volante por izquierda, ¡me defendía muy bien! Sigo jugando con amigos. Pero mi pasión por cantar fue más fuerte. Hoy vivo prácticamente en un avión. Si bien tengo mis cosas en Colombia y en Miami, mi vida gira en torno a los tours. A veces me despierto y estoy perdido, no sé qué hora es ni dónde estoy pero soy feliz. Hago lo que amo y ese es mi éxito”, dice Maluma y sus fructíferos 23 años rompen las leyes de toda lógica. “Dios me bendijo y soy un agradecido, nací para demostrar que todo es posible… los sueños me trajeron hasta acá y seguiré porque mi límite ni siquiera es el cielo”, decreta y los números lo avalan. Con más de 50 millones de seguidores en redes sociales —29, 7 en Instagram y 23, 6 en Facebook—, más de 4 billones de visualizaciones en su canal oficial de YouTube/VEVO y 7 nominaciones en los Latin Billboard, el cantante regresa al país y sus dos presentaciones del 1 y 3 de diciembre en el Hipódromo de Palermo ya están agotadas. “Cada vez que vengo a la Argentina me sorprendo de sus fans. ¡Cuando me subo al escenario, me siento Lionel Messi entrando a un estadio! Estoy como en casa, la gente es cariñosa, le gusta abrazar y besar como a nosotros. Buenos Aires es una ciudad espectacular”, asegura quien actuará como cierre de la gira #MALUMAWORLDTOUR que fue furor en Latinoamérica, EE.UU. y Europa y que CARAS acompaña de manera exclusiva.
Algunos dicen que a pesar de su corta edad, Juan Luis Londoño —su verdadero nombre— es un alma vieja. Frente al divismo que su repercusión mundial le justificaría, el cantautor se mueve con humildad y templanza. Cuando los rankings lo siguen colocando como el rey del “pop urbano” y dentro de los diez hombres más sexies del planeta, lo agradece pero con pudor. Sus poses revisten la naturalidad de un modelo que conoce sus mejores ángulos y acentúa su combo perfecto de rasgados ojos color miel y cejas gruesas. A diferencia de muchos, no pide que borren las fotos que no le gustan y se desenvuelve con la seguridad de un artista veterano. El mismo decide qué look mostrar en cada ocasión, no tiene asesor y su gusto por la moda lo llevó en 2015 a lanzar su línea MALUMA by Amelissa. “Desde niño he sido un fanático de la ropa. No sé dibujar el diseño, no estudié esa carrera. Pero digo qué modelo me gusta más, cuál me pondría, qué telas usar y qué color poner en una prenda u otra. Mi estilo es moderno y cómodo. La colección tiene un corte ‘urban chic’ y es para hombres y mujeres de todas las edades. La venta es a través de los catálogos de la marca Amelissa de Medellín, quien me propuso hacer esta cápsula, o por mi página web. Todo el proceso de elaboración se hace en Colombia, siempre creí en el talento local. Me encantaría llevar mis diseños a Europa y todo el mundo”, comparte orgulloso mientras cada vez más empresas indumentarias se disputan la realización de ese deseo. “También me gustaría probar suerte en el cine o la televisión con papeles que sumen en mi carrera y me llenen”, agrega el multifacético artista que solía escribir cartas de amor por encargo para las novias de sus compañeros de clase.
Tenía quince años cuando compuso una de sus primeras canciones. Y, ante ese desparpajo que mostraba cantando frente a amigos y familiares, fue uno de sus tíos quien le ofreció como regalo de su cumpleaños número 16 grabar dicha canción en un estudio. Lo que siguió fue el clásico derrotero de muchos jóvenes que son “diamantes en bruto”. Al reconocer su potencial, un grupo de productores le ofreció grabar un disco, no sin antes advertirle que necesitaba un nombre más fuerte y fácil de recordar. Así fue como adoptó el apodo artístico de Maluma, combinación de las dos primeras letras del nombre de su madre Marlli, su padre Luis Alfonso y su hermana Manuela. Su primer disco “Magia” lo catapultó a la fama con canciones como “Farandulera” y “Obsesión”. Con su segundo material discográfico, “Pretty Boy, Dirty Boy” extendió su reconocimiento con los hits “Borró casette” y “Sin contrato”. En 2015, lanzó The Mixtape, donde cantó con otros artistas y el éxito del tema “La Temperatura” junto al compositor Eli Palacios consolidó su estatus de luminaria. Y si bien su canción “4 babys” fue tildada como “machista y misógina”, el artista defendió su postura: “Como dicen por ahí, ‘para gusto, los colores’. Yo soy un intérprete y así como los actores hacen de asesinos, llegan a sus casas y no salen a matar, yo en este caso no estoy enamorado de ‘4 babys’. A la gente le queda muy fácil levantar el dedo y juzgar”.
Ante las críticas, siempre respondió con trabajo. Su talento y “pop urbano” —variante y estilo que dice haber creado— sedujeron a estrellas como Ricky Martin, Shakira y Carlos Vives para participar en los sucesos “Vente Pa´Ca”, “Chantaje” y “La Bicicleta”. “Me sentí muy honrado cuando me convocaron. Con ‘Vente Pa’Ca’ pasa algo muy bonito: en el país del habla que sea en cualquier parte del mundo, la cantan. Cuando estábamos grabando el video la pasamos muy bien, Ricky es muy gracioso. Además de ser súper talentoso, es una excelente persona. Después de tantos años de carrera, es uno de los artistas que más trabaja y eso es admirable teniendo una familia”, expresó. Inclusive esa fuerte conexión generó rumores sobre una supuesta relación entre él y el cantante boricua, que la misma estrella millennial desechó: “No soy gay, no tengo ninguna relación con Ricky, me encantan las mujeres y amo las parceritas… Tengo muchas amistades homosexuales. Las personas deben enfocarse en mi fundación, mis proyectos y todo lo positivo e importante que estoy haciendo”.
Como ocurre con cualquier ídolo, las intrigas en torno a su vida amorosa generan tanto interés como su música. Alguna vez se lo relacionó con la cantante mexicana Belinda (con quien las cosas habrían quedado muy mal) y hasta señalaron a la modelo colombiana Akemi Nakamura, de ascendencia japonesa, como su pareja cuando en 2016 lo habría acompañado a un viaje por Barcelona. Hoy Maluma asegura no tener tiempo para una relación. “Cuando tenga una novia lo diré. Soy romántico y sensible. Me gusta seducir, hago música, compongo: me encanta escribir canciones de amor. Soy una persona seductora y muy respetuosa. Ahora estoy soltero pero me gustan los niños y si pronto llega la indicada, seré un padre joven”, manifestó quien en las relaciones se define como exigente. “Es importante el físico, pero más me atrae el interior de la persona. Me gustan las mujeres detallistas y reales, que me quieran por lo que soy y no por lo que tengo. Quiero que la elegida disfrute de mi carrera, de mi música y esté a mi lado incondicionalmente. A veces llegan niñas que me dicen: ‘me muero por ti, papacito’, pero yo también soy Juan Luis y esa parte profunda es la que hay que conquistar. El 80% de las que conocí fueron un poco chapiadoras (unas interesadas). ¡Y, señoritas, a nosotros los hombres también nos interesa el cariño!”, confiesa mientras contagia su sonrisa. Son situaciones que afirma detectar gracias a su perfil creyente y místico:“Soy religioso y budista. Mi tía es profesora de yoga y siempre que estoy en Miami, medito con ella. Eso me fortalece mentalmente y permite elegir mejor mis vínculos. A su vez, el deporte es mi otro cable a tierra: me encanta ir al gimnasio, andar a caballo, el motocross y jugar ping-pong”. Es tan fuerte la identificación de Maluma con la filosofía del Buda que la registró en su piel. “Me tatué un Buda tibetano porque me gusta la meditación y una flor de loto ya que es la única que nace en los pantanos. Tengo una pagoda, que es el templo que construyen algunos pueblos orientales en honor de sus divinidades, y un búho, como símbolo de protección y sabiduría. También me hice una corona porque dicen que cuando a los reyes se la dan es por el respeto y cariño que le tiene el pueblo, y si el rey la acepta es porque ese sentimiento es mutuo”, contó quien donó el ciento por ciento de sus ganancias del Festival de Viña del Mar a los afectados por los incendios forestales en Chile.
Su pensamiento tiene la sapiencia de un artista experimentado y bien contenido por su entorno. “Uno debe estar mentalmente preparado para todo. Si el día de mañana mi disco no tiene éxito, es por alguna razón. A veces el motivo puede ser para compartir más tiempo con la familia o vivir cosas que no estabas viviendo. Yo trato de superarme de una canción a otra para que ese margen de error sea cada vez más chico, pero uno nunca sabe qué puede pasar. Afortunadamente”, asevera mientras trabaja en el lanzamiento en 2018 de su tercer álbum F.A.M.E. (Fe, Alma, Música, Esencia). “La fama y todo lo que me pasó en un punto me dio y quitó cosas. Pero el saldo es positivo, no solamente son mis sueños los que se hacen realidad sino también los de mis familiares… Por medio de mi vocación también veo realizarse a las personas que más quiero. Ellos son los que están siempre a mi lado, los que me ponen los pies sobre la tierra. Son los que escucho y me acompañan, los que lloran y ríen conmigo. Tengo una carrera bonita, millones de fans, pero nada de eso tendría sentido si no tuviera a mi familia que es mi motivación y equilibrio”, concluye Maluma y se escucha a Juan Luis Londoño. A ese pequeño gigante que tras una extensa gira donde incluso Messi fue a verlo junto a su esposa y le pidió una foto, sólo piensa en aterrizar en Medellín para estar con sus afectos y sus perros siberianos albinos, Bonnie y Clyde, olvidarse de sus récords y conectar con quién nunca dejó de ser.
Por Naiara Vecchio
Agradecimientos: Fotografo: Mateo Londoño Q. @londonqphotos. Producción y styling: Marta Valderrama @mellymarta, Angela Valderrama @melly_angela. Hair & Makeup: Susana Hache @susihmakeup.