Tiene su propio protocolo y ya lo hizo saber. El sábado 12, al mediodía, Antonia Macri (4) pidió sacarse la remera porque tenía calor mientras caminaba de la mano del presidente Mauricio Macri (56) por la Quinta de Olivos. Virtudes que tienen los niños para adaptarse al cambio. Presa de la curiosidad, el día que su padre recibió los atributos de mando en Casa Rosada, no dudó en sentarse en el sillón de Rivadavia y hasta posar para la foto antes que el mismísmo mandatario. También suele ayudar a la histórica secretaria de su papá, Anita Moschini, de 70 años, quien suele oficiar de abuela postiza.
Inocente y pícara, la “pequeña hechicera” del ex jefe de Gobierno porteño ya hace de las suyas en la Casa Rosada y en la Quinta de Olivos, donde será la primera niña en vivir la histórica residencia presidencial. Su madre, Juliana Awada (41), cuenta cómo explicarle a una niña de 4 años que su papá es el presidente de una Nación.
—Antonia se conviritió en una protagonista involuntaria de este momento histórico, ¿qué preguntas le hace ella en la intimidad acerca de este momento y cómo le explican ustedes que su papá es el presidente de la Nación?
—Antonia es la protagonista de nuestra vida y por eso es protagonista de este momento familiar nuestro que además es histórico para todos los argentinos. Pero nosotros tratamos de que ella siga viviendo su infancia desde los ojos de una chiquita de 4 años, no le hablamos de su papá presidente, su papá es su papá para ella. Como todos los chicos de esa edad, va viviendo el día a día y su realidad desde esa mirada inocente. Además, Antonia es una chiquita muy despierta y comparte mucho tiempo con nosotros, así que es inevitable que pregunte cosas, pero nosotros hablamos con ella de estos temas sólo cuando hace esas preguntas, pero no tuvimos una charla formal sobre la presidencia. Nosotros respetamos sus tiempos y lo que ella puede entender de todo esto porque queremos que siga viviendo su infancia lo más normal posible.
—¿Cómo hará para que la vida tanto de Antonia como de su otra hija, Valentina, no se modifique teniendo en cuenta que los hijos presidenciales siempre viven un gran nivel de exposición pública?
—Vamos a tratar de mantener nuestras rutinas familiares lo más posible para que las chicas tengan una vida lo más normal dentro de nuestra realidad. Creo que si Mauricio y yo les mostramos y les demostramos con nuestro ejemplo que seguimos siendo los mismos de siempre, ellas lo van a vivir con esta misma naturalidad. A cada persona le toca un destino, este es el nuestro.
—¿Visitó la Quinta de Olivos el fin de semana? ¿Era la primera vez que iba? ¿Qué sensaciones tuvo? Se la imaginó como su hogar por los próximos cuatro años?
—Fui a conocer la Quinta de Olivos el viernes por primera vez. Nosotros ya habíamos hablado con Mauricio de que nos íbamos a mudar ahí una vez que asumiera así que ya venía imaginando ese momento. Para mí lo importante no es el lugar en donde vivimos sino que estemos todos juntos.
—¿Cuándo tienen pensado mudarse a Olivos y qué aspectos estéticos y funcionales le gustaría modificar? ¿Mauricio hace sugerencias o deja eso en sus manos?
—Vamos a ponerle un poco de calor de hogar, nuestra impronta familiar y armarle un cuarto Antonia porque nunca en la Quinta vivió una chiquita de su edad. Una vez que eso esté listo nos vamos a mudar. En casa la que se ocupa de este tipo de cosas soy yo, Mauricio confía 100% en mi y no hace sugerencias porque además no está pendiente de este tipo de cosas, él solo espera volver a casa y encontrarnos a nosotras.
—¿Cuál es el secreto para mantener la esencia frente a tantos cambios que repercuten no sólo en usted sino en su familia?
—Primero es fundamental tener muy claro quién es uno, yo me considero una persona como tantas otras que en este momento por supuesto tiene una enorme responsabilidad pero sabiendo que esto que estoy viviendo y el rol que voy a ocupar es lo que yo voy a “hacer” pero no es quién “soy”. Entendiendo que las cosas más esenciales de mi vida que son mis valores y mis afectos siguen y seguirán intactos y que voy a transitar todos estos cambios junto a mi marido y mi familia, si estamos unidos todo es más fácil.
—Fueron días muy intensos, sobre todo para Mauricio, ¿qué cuestiones tuvo que modificar y cuáles otras no negocia para mantener la dinámica familiar?
—En estos días lo único que no se negocia es estar juntos y apoyándonos, todo lo demás fue especial y extraordinario y nos ajustamos sin problemas a esta intensidad. Pensá en todo lo que pasó: la asunción con la jura, el traspaso de mando, la gente en la calle apoyándonos, la plaza, la alegría y el cariño de la gente, el saludo a las delegaciones extranjeras y finalmente el encuentro interreligioso. Nada de todo esto es algo de mi día a día asique tuvimos que modificar rutinas, pero lo vivimos juntos y con mucha alegría.