El Palacio Real de Bruselas fue el marco imponente en el que la Primera Dama de la Argentina, Juliana Awada desempeñó una vez más su rol de Embajadora del Charme. Junto al presidente Mauricio Macri, se reunió con los reyes de Bélgica, Felipe y Matilde, alrededor de las 11:30 (hora argentina) del lunes 4, cuando tuvo lugar la visita protocolar. En la ocasión, la monarca belga eligió lucir un modelo en colores lavanda y naranja, mientras que Juliana deslumbró con un outfit compuesto por un distinguido vestido estampado color beige y zapatos al tono. Muchos designers coinciden en que este tipo de vestidos es muy apropiado para eventos protocolares. La falda acampanada y la cintura bien marcada, gracias a un cinto realizado en el mismo género, es una tendencia generalizada en esta temporada. El color visón elegido por Awada es un tono neutro que garantiza buen gusto. Otra elección, el pelo recogido, le otorgó al look un touch formal pero descontracturado, lo que potenció la decisión de evitar usar grandes joyas, que hubiera competido con el género del vestido (un bordado en hilos), de por sí muy ornamentado.
Bélgica es una Nación con un significado especial para Juliana Awada, ya que su ex marido, el conde belga Bruno Barbier, es integrante de una poderosa familia industrial de ese país, además del padre de su hija Valentina. La presencia de la mujer de Macri en la gira europea no pasó inadvertida, y además de elogiar su educación y belleza, por su forma de entender el universo fashionista los medios la compararon con la recordada Primera Dama de Estados Unidos, Jacqueline Kennedy.