viernes 13 de diciembre del 2024
ACTUALIDAD 18-03-2017 22:00

Manuela Pal: mamá 24 horas junto a sus amores, en Punta

“Sigo el legado de amor de mi madre".

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Apareció por primera vez en la pantalla con apenas seis mese de vida. Y hoy, a los 32, la actriz Manuela Pal atraviesa un increíble momento tanto a nivel profesional como personal: no sólo es la protagonista de “La búsqueda de Laura”, el spin off de la novela de Telefe “Amar después de Amar”, sino que también logró conformar una hermosa familia junto con su pareja, Gonzalo (39), y su pequeña hija Amparo, de un año. Con ellos y la hija de él, Martina (14), vivió unas hermosas vacaciones en el Uruguay que incluyeron visitas a Casapueblo, la emblemática residencia del recordado Páez Vilaró.

Hija de la reconocida actriz Graciela Pal, Manuela tiene una excelente continuidad en su trabajo. Luego de dar a luz a su hija, retomó su profesion con mas energía: “Volví a grabar a los cuatro meses de ser mamá. Me parecía importante ocuparme de mi trabajo, de mi independencia como mujer, más allá de ser madre. Tomé el ejemplo de mi mamá y la verdad es que me siento muy bien, muy conforme”, comenta. Y celebra la excelente relación que Graciela y Amparo tienen hoy en día: “Mi hija la ve a su abuela y se desespera, disfruta de bailar con sus canciones. Se aman, se divierten y se extrañan cada vez que están lejos”, dice entusiasmada. Parte de la exitosa tira de Telefe que gana el prime time de la TV, su personaje es el de “Laura”, en la ficción la mujer del investigador “Godoy” (Michel Noher). Y juntos protagonizan la trama paralela, “La búsqueda de Laura”, una serie virtual de 18 capítulos que le da a los usuarios diferentes puntos de vista de la historia principal.

“Laura es una mujer que atraviesa una depresión muy grande luego de la pérdida de tres embarazos, y que se interesa por la investigación que lleva adelante su marido. Es un escape para dejar de pensar en su dolor y poner su atención en otra historia”, comenta sobre su personaje, al cual describe con fascinación: “Es capaz, inteligente, rápida y perseverante. Tiene una intuición femenina muy a flor de piel. Yo me identifico mucho con su perseverancia, es igual de cabeza dura que yo”, admite entre risas. Durante sus vacaciones en familia, Manuela descansó y se relajó con la belleza del lugar. “Me enamoré del azul del mar y de la pintoresca arquitectura de Casapueblo. Es un lugar que despliega arte y belleza. Además, Amparo ama la playa, la arena, y también el agua. Le encanta jugar al aire libre, puede estar todo el día, y yo disfruto de verla sonreír”, comenta la actriz, quien tambíen se reencontró en el Este con amigos entrañables.

De un año y dos meses, Amparo es risueña y dulce. Aún no camina, pero sabe gatear muy rápido y le gusta bailar las canciones que su mamá y su abuela le componen. Según Manuela, tiene un gran parecido físico con Gonzalo, aunque cree que el carácter lo heredó de ella: “Tiene mi locura, le encanta reírse a carcajadas. Aunque también tiene mis rayes, de pronto le agarra sueño y se pone de mal humor y no hay quién la pare. Eso es bien de mamá”. Por otra parte, la actriz siempre destaca el excelente rol de su pareja, quien tiene dos hijas de su anterior matrimonio, Martina y Catalina (17). “Gon es el padre ideal, lo volvería a elegir una y mil veces. Ni bien lo conocí ya sabía que era así, tenía el ejemplo de sus dos hijas, pero vivirlo en carne propia se agradece. Es un padre presente, compañero, siempre pendiente de ellas. Soy muy afortunada”, agrega. Con el compromiso asumido de que el cuidado de su hija es prioritario, el apoyo de su familia le permitió retomar su trabajo el año pasado. Y ahora aprovecha de sus merecidas vacaciones hasta comenzar con los ensayos de la obra “Un Rato con el”, que coprotagonizará junto a dos grandes: Adrián Suar y Julio Chavez. “Estoy emocionada, agradecida y super contanta de poder subirme al escenario con dos figuras tan emblemáticas. Sé que voy a aprender todo el tiempo y que será una experiencia inolvidable”. Y revela antes de despedirse: “Lo único que sí extraño es poder sentarme, tomar un café y leer un libro en mi sillón. Amparo todavía es muy chiquita, pero ya voy a poder recuperar nuevamente esos espacios”.

Fotos: Pablo Kreimbuhl

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