La estrella del pop Ariana Grande, cuyo concierto fue blanco anoche de uno de los ataques más mortíferos de los últimos años en Reino Unido, es una de las estrellas favoritas de los preadolescentes.
La exestrella infantil, ahora de 23 años, denominó a su último álbum "Dangerous Woman" ("Mujer peligrosa") pero sus pocas controversias han estado marcadas por el bajo perfil, con el "peligro" de su lírica enfocado hacia el amor más que a cosas sombrías.
Grande señaló en Twitter que se sentía "destrozada" tras el ataque en el Manchester Arena, en Gran Bretaña, donde murieron al menos 22 personas y otras 50 resultaron heridas poco después de que ella abandonara el escenario.
"Desde el fondo de mi corazón, lo siento tanto. No tengo palabras", escribió en la red social.
El estado de Florida, en el sur de Estados Unidos, Grande se mostró desde niña como una promesa en el teatro y antes de entrar a sus años de adolescencia ya había participado en un musical en Broadway.
Grande comenzó a ser conocida por el público luego de ser seleccionada para ser una de las protagonistas de la comedia televisiva "Victorius", demostrando su talento desempeñando el papel de Cat Steven, una estudiante de secundaria.
La joven mantuvo esa imagen cuando se diversificó como cantante de música pop, luciendo muchas veces una vincha con orejas de gato o atando su pelo en coletas.
Audiencia pre-adolescente
Durante sus tres álbumes de estudio, su aspecto fue cambiando gradualmente hacia una figura más sensual, vistiendo una falda deportiva negra ajustada y cantando acerca de su poder sobre los hombres.
Pero a diferencia de Miley Cyrus, una exestrella infantil con quien ella es a veces comparada, Grande nunca dejó de lado completamente su imagen adolescente. Su base de fanáticos está llena de chicas jóvenes que asisten a conciertos por primera vez.
Texto y fotos: AFP