En las lágrimas que se seca después de tentarse de la risa vive la mujer camaleónica que aprendió todo de su madre. En ese fuerte carácter coexisten la Contadora Pública, Licenciada en Administración, Traductora del Francés y Profesora de Inglés, que desde hace una década se divierte como panelista. Mientras Yanina Latorre (48) bromea con su hija Lola (16) sobre las sensuales poses de su madre Dora (77) —en la primera producción de fotos que hacen las tres juntas—, su hermana Maite (45) las retrata a pocos metros.
“Mi vida sigue igual que antes. Tengo una familia hermosa y estoy en el momento de mayor disfrute profesional con ‘Los Ángeles de la Mañana’, el programa de radio junto a Marcelo Polino y el ‘Bailando por un sueño’”, dice quien es madre también de Dieguito (14) junto a Diego Latorre (48).
En su rostro no hay señales del escándalo que involucró a su esposo con Natacha Jait (42). Tampoco en el vínculo que tiene el periodista deportivo con su suegra. “Sigo manteniendo una excelente relación con Diego. Sólo me desilusionó, no lo esperaba de él porque Yanina es hermosa. Pensé que padecían las infidelidades las gorditas como yo, que también sufrí los cuernos. Igualmente lo único que no tiene solución es la muerte, lo demás es anecdótico”, confiesa Dora.
“Mi mamá es mi ejemplo, mi sostén y motor, ella hace que todo siga funcionando. Su carácter y humor siempre me sostuvieron, me enseñaron a ser quien soy”, agrega Yanina.
Los Latorre son un clan donde la mujer tiene un lugar predominante. “Somos una familia matriarcal, nosotras mandamos en casa. Mamá tiene mucha personalidad, es una luchadora, su liderazgo nos formó. Si bien tengo menos carácter que ella, heredé su desenfado, locura, frontalidad y honestidad brutal. Lola es muy decidida pero es más tranquila, no le gusta el quilombo”, cuenta la participante de “Showmatch”.
“Yanina es la hija que soñé, sabía que mis hijas iban a ser diferentes porque su papá así lo era. También es sensible, por eso, aunque diga que no le importa, siento que en algún punto las críticas pueden desestabilizarla y me duele. No le perdonan que le vaya bien, aparte rinde pegarle. Pero acá estoy para apoyarla siempre”, la defiende su madre.
—¿Vos cómo sos como mamá, Yanina?
—Soy una madre presente pero a la vez me gusta darles libertad. No soy celosa, Lola está de novia hace pocos meses con Gerónimo (17), un chico que conoce desde los 14 y me emociona verla tan bien. Vienen a casa juntos y soy feliz por ella. El papá es un poco celoso. También empezó a hacer fotos, a desfilar e ir a clases de danza y soy la primera en verla. Canta y baila hermoso. Si más adelante hay algún ritmo en familia en “Showmatch”, llevaría a mi hija para compartir ese momento. Apoyo su afición por el espectáculo, aunque en paralelo va a estudiar una carrera universitaria: está entre Abogacía y Ciencias Políticas. Dieguito es el consentido de la familia, juega muy bien a la pelota pero no quiero que tenga ninguna presión por la carrera de su padre. Ahora está compenetrado con mi participación en el “Bailando”, me acompaña junto con mi mamá y mi hermana cada vez que bailo. Me hacen contención psicológica para los malos puntajes y agresiones.
—¿Y no te cansás a veces de las críticas?
—A mí no me molesta que me peguen: la gente que se obsesiona conmigo proyecta sus complejos y frustraciones. Me divierte que hablen de mí, no me gusta pasar desapercibida, mi personalidad es provocadora. No busqué nada de lo que me pasó: empecé a laburar en radio como un juego con mi gran amiga Cristina Pérez: ella me propuso una columna de humor en su programa y, desde ese momento, no paré más. Son hipócritas, nadie dice lo que piensa, yo me atrevo a decirles a todos lo que pienso en la cara. Adoro ironizar sobre la farándula. No le robé el lugar a nadie, me lo gané sola. Por eso, me causa risa cuando mujeres pobres como Susana Roccasalvo me pegan: hay un tema de envidia y competencia muy fuerte en el medio.
—¿Con “Tití” Fernández qué fue precisamente lo que pasó?
—No me gusta la victimización. Admiro profundamente a “Pampita” porque nunca usó sus problemas personales para victimizarse. Una desgracia no te inmuniza ni limpia las cagadas que te mandás. Desde el 2011, la mujer de Fernández me ataca en su cuenta de Twitter y me cansé. Lo que le haya pasado no me impide contestarle. “Tití” es cruel por permitir que su esposa insulte a personas que no le hicieron nada. Yo tengo un tema: soy la típica rubia flaca de Belgrano a la que agreden. Pero yo no inicio nada, sólo contesto y después me olvido. Aparte no consumo lo que “Bendita” edita y miente.
—¿Tus hijos cómo están ante todo eso?
—No están bien, todavía tienen miedo. Mis hijos sufrieron un montón y, aunque traten de disimular, no está bueno escuchar todo lo que se dijo del padre. No hacen terapia, yo los contengo junto a mi familia. Soy muy pegada a ellos, soy la única que los puede retar, ni a mi marido lo dejo. En casa decido yo. Primero mis chicos y después todo lo demás. Diego sí va al psicólogo ya que es el que tiene el problema y debe resolverlo.
—¿Y con tu esposo todo está mejor?
—Estamos igual que el primer día, el amor es una cosa y el sexo, otra. Para mí un polvo con una prostituta no es nada, no creo en la fidelidad. No me molesta que me digan cornuda. Es muy difícil sostener un matrimonio fiel durante tantos años. De la misma manera que cambias los gustos de comida, podés tener otros deseos momentáneos. Lo que todavía no le perdono es la exposición de los chicos, la forma en la que se dio todo. Él tendría que habernos cuidado, no meterse con gente marginal y berreta que se dedica a destrozar familias. Pero los hombres suelen tener problemas de autoestima, son inmaduros y van a lo fácil. Levantarse a una persona así es sencillo, seducir a alguien como yo es más difícil. Más adelante veré si le perdono ese descuido, hoy sólo disfruto mi buen presente laboral con mis afectos.
—¿Vos fuiste infiel alguna vez?
Y por qué te lo tengo que contar.
Yanina se ríe, contesta con picardía. No conoce otra forma de vivir. El humor es su principal terapia. Y cuanto más le pegan, más se divierte. Tiene claro que el medio es un juego y que su verdadera vida está cuando abre la puerta de su casa.
por Naiara Vecchio
(Producción: Fernanda Vaudagna)
M.DUBINI/PERFIL
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