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ACTUALIDAD 08-10-2018 08:33

Poroto Cambiaso, con tan solo 12 años se luce jugando al Polo

El heredero del deporte ecuestre afirma a CARAS : "Fue divertido jugar con mi papá". Detalles en la nota. Galería de fotosGalería de fotos

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Si a alguien le caben dudas de que respira polo desde que nació, sólo basta con recordar sus orígenes: Adolfo Cambiaso “junior” (12), o mejor dicho “Poroto”, llegó a este mundo durante una tarde en la que su padre, Adolfo Cambiaso (43), interrumpió un partido por el Abierto Argentino en Palermo para ir al sanatorio y verlo nacer. Desde ese crucial instante, el único heredero varón del mejor polista del mundo tuvo todas las herramientas para formatear un camino que lo condujo a este presente sorprendente: aún siendo un preadolescente, a los doce años, “Poroto” compartió equipo con su padre en un partido oficial de alto hándicap. Y no sólo marcó un hito estadístico, como convertirse en el polista más joven de la historia en jugar un partido de semejante envergadura. Sino que junto a su padre y a otros dos polistas de buen nivel, Christián Laprida (33) y Diego Cavanagh (32), superaron a un rival con tres jugadores de diez goles de hándicap (Juan Martín Nero, David Stirling y Pablo MacDonough) para clasificarse finalistas del Abierto del Jockey Club, un torneo que recupera sus fueros y que antecede a los tres de la codiciada Triple Corona.

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“Es muy divertido jugar con papá y con un equipo así, con ‘Magoo’ Laprida y Diego Cavanagh que nos hicieron la gamba. Papá no me dio muchas indicaciones, él deja que me de cuenta solo de lo que está pasando. La verdad que no estaba tan nervioso, estaba más pensando en que no me subiera la fiebre para poder jugar”, dijo “Poroto” en el palenque de La Dolfina Brava I tras el partido que lo convirtió en héroe. Un fuerte estado gripal que contrajo durante la semana le impidió estar presente en el partido por cuartos de final, el jueves 13, y a punto estuvo de arruinarle la ilusión de jugar el sábado. Pero ya el viernes en la práctica esgrimió síntomas de mejoría, y a pesar de no llegar al cien por cien pudo cumplir su sueño: “El viernes tenía poca fuerza para taquear, pero por suerte hoy (por el sábado) me sentí bastante mejor, aunque me faltó taqueo en el partido”, reconoció con una pasmosa naturalidad para hablar frente a los periodistas. Su padre, cerca de él, analizó su rendimiento y se refirió al emocionante momento que le espera cuando juegen la final, el próximo sábado 22: “Jugó bien, hizo buenos bloqueos en el medio y funcionamos con acierto. Jugar una final del Jockey con él ya es una cosa increíble. Quizás para él no lo sea tanto, porque le quedan muchos años por jugar. Pero para mí, con lo poco que me queda, es lo más”.

Para quienes siguen de cerca el polo durante todo el año y los movimientos de la familia Cambiaso, el hecho no los tomó tanto por sorpresa. Porque hace un par de meses atrás, en las afueras de Londres, “Poroto” ya había jugado y ganado un torneo de mayores compartiendo equipo con su padre. Fue la emblemática Royal Windsor Cup, otro episodio con ribetes épicos para el clan, por el partido en sí y por el momento en el que el menor recibió el premio de manos de la Reina Isabel II (92), todo un acontecimiento inédito.

También habían jugado juntos en Palm Beach, pero otra cosa es hacerlo en la Argentina y en un torneo de alto hándicap. Una circunstancia que movilizó a la abuela de “Poroto”, Martina de Estrada, quien se acercó hasta el predio de la Asociación Argentina de Polo, en Pilar, para llenarse de orgullo con su nieto. Tampoco faltó Mía (15), ya polista al igual que su hermano, mientras que María Vázquez (43) no pudo asistir por cuestiones personales. Aunque la ex modelo fue tan responsable de lo sucedido como su marido, ya que sin su veña “Poroto” no hubiese jugado. “Si no la convencía a María no hubiésemos estado acá. Yo sé que no lo estoy arriesgando, porque juega muy bien y tuvo excelentes caballos, No le vi riesgos, esa es la realidad”. Y si Cambiaso lo dice...

Fotos: Mauro Fonseca

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