Aunque nació en Irlanda con su metro setenta y ocho y su atractivo rostro llevó todo su descontrol a Hollywood. Colin Farrell (44) supo ser el “Carilindo mimado del cine” pero también el protagonista de cuanto escándalo había.
“Desde los 14 pasé la mayor parte de mi tiempo borracho o drogado”, confesó. Con su look entre desaliñado y sexy, mantuvo romances con las más bellas.
Angelina Jolie, Demi Moore, Carmen Electra, Paris Hilton, Britney Spears y hasta una platónica relación con Elizabeth Taylor. Todas lo amaron y odiaron con la misma intensidad.
Su ídolo era Diego Maradona, a quien conoció en 2016 cuando ostentaba el título de “¡El más malo de Hollywood!” y cuando, según People, “En dos semanas consumía 20 píldoras de éxtasis, cuatro gramos de cocaína, tres botellas de whisky, 12 de vino, 30 litros de cerveza y 280 cigarrillos…”.
Dentro de tanto descontrol llegaron a su vida sus hijos James (17) y Henry (11). El primero manifestó trastornos de sueño, no gateaba ni balbuceaba, no mantenía el equilibrio y mostraba una risa permanente; por lo que fue diagnosticado con el Síndrome de Angelman.
“James requiere atención especial pero no es discapacitado. Yo hice un cambio en mi vida para crecer con él y ayudarlo a ser feliz. Por eso dejé las drogas y el alcohol e hice rehabilitación para ser un buen padre”, dijo hace un tiempo.
Ahora, el nuevo Colin vive en Los Ángeles donde pocos lo reconocieron en uno de sus recorridos habituales. El actor, de un metro setenta y ocho, se rapó la cabeza para interpretar a “El Pingüino” en el filme de Matt Reeves, “The Batman” que se estrenará en marzo de 2022, según lo mostró el sitio Guacamouly.com.