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Una familia, miles de secretos y un imperio, historia más que conocida y llevada a la pantalla en diversos formatos; pero que hoy llega en forma de drama de 8 episodios y con Richard Gere (70) a la cabeza, quien, con su poder de seducción intacto, charló en exclusiva con CARAS antes del estreno de “MotherFatherSon” en la plataforma de streamingStarzPlay, previsto para el 27 de agosto, en la que actor interpreta a Max, dueño de un gran imperio mediático cuyos secretos están a punto de salir a la luz.
“La serie está impulsada por las relaciones humanas, en eso nos hemos centrado. Sí, está ambientada en un mundo glamoroso y poderoso, pero en realidad no importa quién sea el diseñador de la ropa o en qué casa vivas. En última instancia, esas cosas se desvanecen, y son las relaciones las que importan”,dice.
Alejado de la pantalla desde 2017, Gere fue padre en abril junto a su tercera esposa Alejandra Silva (37) con quien tiene a Alexander (1) y al recién nacido del que no se conoce nombre ni sexo. Criado en la fe católica, durante la adultez se dedicó a la búsqueda de su verdadero yo, se convirtió al budismo y se transformó en discípulo del Dalái Lama. Hoy vuelve al centro de la escena con una historia que lo interpela y planea hacer lo mismo con los espectadores.
“Es raro encontrar esta clase de profundidad y la presentación de, no solo personajes, sino dilemas humanos, emociones, pensamientos, confusión, y personas tratando de hacer lo correcto, intentan hacer las cosas bien y compitiendo con ellos mismos y con las personas que son importantes para ellos. Es una historia humana con la que todos podemos relacionarnos y que se compara con una historia mucho más amplia sobre la política internacional; y sobre el movimiento populista el cual siento que está extendiéndose por todo el planeta en este momento. ¿Por qué los políticos y las personas tienen un mal comportamiento? ¿Por qué no nos preocupamos lo suficiente el uno por el otro? ¿Por qué nos sentimos enojados? ¿Por qué estamos actuando de manera extraña? Lamentablemente, el otro ya dejó de importarnos y este es el contexto de esta historia tan humana. La serie es shakesperiana de cierta manera; tiene una honestidad verdaderamente humana, pero también un rango muy amplio en su ambición de lidiar con grandes preguntas”, concluye.
