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María Vélez, ¿Qué servicios ofrecen al público en cuanto a la confección de diseños y al cuidado del medio ambiente?

La marca nació en el 2016 cuando me recibí de diseñadora de indumentaria en la Facultad de Arquitectura Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires y diseñé desde el comienzo prendas de primera piel y accesorios de edición limitada, generando una producción a conciencia y respetuosa con el medio ambiente.

Me enfoco en que cada persona pueda reconocer su propia singularidad, mediante diseños únicos, respaldando la calidad de cada producto en textiles premium certificados de primera línea, con los que garantizamos durabilidad y resistencia en el paso del tiempo.

Trabajamos con textiles ecológicos biodegradables y con protección a la radiación solar, que a diferencia de otras fibras, que tardan décadas en descomponerse, estas son eliminadas del planeta una vez llegadas al vertedero sanitario en menos de tres años, reduciendo así el impacto ambiental.

Producimos bajo condiciones dignas con talleres locales, para alejarnos de las producciones masivas. A su vez, apostamos al comercio justo, a la industria nacional y a la inclusión de talles.

¿Qué relación tienen con el Yôga?

Durante estos años logre construir una red de contención a base de transmitir la aceptación del cuerpo y el paso del tiempo de una manera más natural, demostrando mediante la indumentaria que podamos sentirnos a gusto en nuestra propia piel, con libertad de movimiento y disfrute al máximo.

Enamorada de la filosofía ancestral del Yôga, estudiando y practicando desde hace once años logré superar crisis de estrés y ansiedad muy profundas producto de la sociedad actual acelerada en la que vivimos. Así fue como decidí durante la pandemia empezar a dar prácticas de Hatha Yôga buscando transformar cuerpo y alma para poder vivir con la más alta calidad de vida, fortaleciendo no solo el cuidado corporal, sino también el mental.

Busco difundir la cultura de la paz basada en el principio de que si cada individuo se siente bien y a gusto en vida, podemos vivir en armonía entre los seres humanos, respetando siempre la madre tierra.

¿Qué desafíos tienen de cara a los años venideros?

De cara al futuro aspiramos en cuanto al diseño a producir solo líneas ecológicas para reducir el impacto ambiental y comprometernos en dejar un mundo mejor a las generaciones futuras.

Incorporamos recientemente meditaciones en técnica Yôga Nidra, y deseamos expandirnos a base del bienestar reduciendo los niveles de estrés y así poder vivir en una sociedad más amónica.

 

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PH Ayelén Romero