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Andrea, ¿cómo fueron tus inicios en la astrología?
Recuerdo cuando tenía 15 años y escuchaba con fascinación a la madre de mi mejor amiga del colegio hablarme de astrología. Todavía puedo recordar esa sensación en mi cuerpo. Sin saberlo, ese sería el comienzo de lo que hoy amo ser y en consecuencia hacer.
Otro gran amor para mí es el psicoanálisis. Este fue un amor prematuro, dado que comencé a ser paciente a mis 5 años. Y esto generó una actitud y una inquietud muy profunda acerca de qué se trataba ser humanos. Los dolores, las angustias, las soledades, lo resistido y la eterna búsqueda por sentirnos reconocidos y amados.
De adolescente ya tenía profundas preguntas existenciales y creí saber que tenía que hacer. Con algunas contradicciones comencé la carrera de Comunicación Social.
Fue un gran quiebre. Mientras estudiaba psicopato para la materia Psicología, fui al Borda a hacer una visita guiada y entendí que yo no quería comunicar para informar, sino comunicar para facilitar y asistir. El valor de la palabra que habilita, que redescubre.
A mis 24 años en ese quiebre vocacional, decidí estudiar astrología, desafiando muchos juicios por no elegir continuar con una carrera de grado. Menos la mirada de mi madre con su mensaje “Sé lo que quieras ser, pero sé algo. Y en ese algo da lo mejor de vos. Hace lo que amas”.
Siempre supe también, que había otras cuestiones más que lo aparente, que somos parte de algo más grande que lo que podemos ver y comprender. De un orden y plan del que somos piecitas de un gran rompecabezas. Somos pedacitos de cielo. Somos energía habitando en un cuerpo.
Así comenzó mi amor por este maravilloso lenguaje sagrado y milenario, sabiéndonos parte de un perfecto entramado energético de redes vinculares.
¿Cómo llevaste a cabo especializarte como Coach Ontológico profesional?
Continuando mi búsqueda de sentido existencial hice varios viajes a India a ver a mis maestros espirituales, viviendo en sus Ashrams, nutriéndome de más recursos para acompañar procesos existenciales.
En ese compromiso, integré al cielo para vivir en la tierra, sabiendo que cada uno tiene un ADN energético, un MAPA de vida, lo que el Alma tiene que transitar en esta experiencia humana. Y cuando conoces el mapa, tu carta natal, podes elegir cómo hacer el camino.
Después de miles de cartas hechas, de vidas sagradas, que abren sus incertidumbres para que podamos reflexionar con los mapas de la carta natal y de su revolución solar, decidí también acompañarlos con mi escucha como Coach Ontológico Profesional certificada.
Hace 6 años le sumé valor a mi experiencia, con esta disciplina luego de que en varios encuentros mis consultantes me preguntaran “¿Cómo seguimos?”
Te invito a mirar con Amabilidad lo que muchas veces miraste con miedo, te invito a regalarte nuevas preguntas siempre del lado de la posibilidad, sabiéndote protagonista de tu historia.
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