El síndrome de Overfilled Facial o “sobrerelleno” ocurre cuando se aplica un exceso de rellenos faciales, generando una apariencia antinatural que distorsiona la armonía del rostro. Hoy en día, podemos observar este efecto en numerosas figuras públicas, y pacientes que acuden al consultorio con temor de quedar sobrecargada, pero ¿por qué sucede? Existen dos factores clave a considerar.
Formación y visión estética del profesional, expectativas y perfil del paciente
Primero, es fundamental la formación del médico estético que realiza el procedimiento. No solo debe contar con las certificaciones y habilidades técnicas, sino también con una proyección estética: la medicina estética es, en gran medida, un arte de embellecimiento. Aquí es donde el médico necesita no solo conocimientos, sino creatividad para resaltar la belleza natural de cada paciente.
En segundo lugar, se debe evaluar cuidadosamente la expectativa del paciente sobre los resultados, analizando lo que desea y su perfil psicológico. En algunos casos, como en aquellos con dismorfia corporal, se requiere un enfoque especial. Un plan de tratamiento realista y una comunicación detallada entre médico y paciente son esenciales para evitar desilusiones y alcanzar resultados óptimos. El profesional debe ser franco sobre lo que es posible y lo que no, evitando alimentar idealizaciones inalcanzables.
¿Cómo lograr un resultado armónico?
Para lograr un rejuvenecimiento facial natural, es imprescindible conocer la anatomía facial y el comportamiento de las estructuras que componen el rostro: piel, ligamentos, músculos, compartimentos grasos y huesos, tanto en reposo como en movimiento. Además, deben considerarse factores individuales como edad, alimentación, actividad física, condiciones hormonales, exposición solar, tabaquismo y antecedentes de patologías preexistentes y actuales. Un diagnóstico correcto y personalizado permite diseñar y ejecutar un tratamiento eficaz con un resultado exitoso.
Elección adecuada del tipo de relleno y técnicas complementarias
La tecnología actual que manejan los laboratorios ofrece una amplia variedad de rellenos (fillers) adaptados a cada zona del rostro según las necesidades identificadas. Asimismo, el uso de toxina botulínica permite trabajar con diferentes técnicas para modular los músculos faciales con un efecto natural. El objetivo no es sobrecargar el rostro para rejuvenecerlo, sino aplicar estratégicamente estos fillers para lograr un efecto lifting que embellezca sin excesos.
Corrección del síndrome de Overfilled Facial
Para quienes presentan signos de sobrecarga de ácido hialurónico, existen tratamientos que permiten disolver el excedente y devolver una apariencia más natural. Aplicando diferentes técnicas minuciosamente, el rostro puede recuperar su armonía, ayudando a que el paciente se sienta bien consigo mismo, dado que “verse bien es sentirse bien, y eso se transmite”.
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