lunes 23 de septiembre del 2024

Fenómeno Poltergeist en Argentina: el caso de Andrés Venier

CREDITO CARAS

Tradicionalmente, los fenómenos poltergeist estuvieron asociados a espíritus inquietos que algunas veces se comportaban de forma agresiva. En algunos casos, estos fenómenos implicaban la presencia de inteligencias desencarnadas, en otros, parecían ser ocasionados por la psicokinesis inconsciente de una persona viva.

Esta actividad está caracterizada por fenómenos como lluvias de piedras, polvo y objetos pequeños, lanzamientos y desplazamientos de objetos, incluyendo muebles pesados, ruidos intensos, luces, apariciones y olores nauseabundos. Además es capaz de interferir los teléfonos y otros equipos electrónicos y de encender y apagar las luces. Algunos sujetos victimizados por esta actividad reportan lesiones somáticas, como pellizcos, mordidas, golpes y hasta agresiones sexuales.

Como ejemplo de esto, encontramos el caso de Andrés Venier, sucedido en el año 2004, en la provincia de Córdoba (Argentina). Una familia normal compuesta por Óscar, de 50 años, Mónica, de 44 y cuatro hijos. Ninguno de ellos manifestaba haber tenido experiencias paranormales previas, y no estaban involucrados en temas esotéricos, creencias o supersticiones, pero la casa en la que vivían no tenía un solo vidrio sano. Toda la familia, incluso diferentes testigos, le atribuían a Andrés, de 18 años, ciertos “poderes” sobrenaturales.

Los eventos comenzaron la noche del 25 de febrero, con una piedra que rompió un vidrio. El suceso de piedras fue descripto como una especie de bombardeo que se extendió por seis horas, al otro día duró casi diez horas, y continúo por intervalos irregulares con mayor intensidad. Las piedras se desplazaban violentamente hacia ventanas destruyendo los vidrios de la casa.

Los fenómenos se tornaban más frecuentes e intensos cuando Andrés se encontraba en la casa y despierto. Esto sugirió que él era el agente o epicentro de la actividad psicokinética de la cual servía como foco o imán. Sus padres buscaron ayuda en sacerdotes, videntes, psiquiatras y psicólogos, algunos se ofrecieron a exorcizar la casa, pero sin embargo el fenómeno no cesaba.

El informe psicológico de Andrés indicaba que manifestaba una incipiente inestabilidad emocional, irritabilidad, impulsividad, sentimientos de inadecuación a su entorno e inmadurez emocional, lo que dificultaba la convivencia social y familiar. Los profesionales que estudiaron el caso, concluyeron, que era evidente que la actividad poltergeist constituiría tanto un problema psicopatológico e interpersonal como parapsicológico.

Antes del siglo XIX, las manifestaciones eran atribuidas al diablo, brujas y espíritus de los muertos, al día de hoy diferentes estudios han demostrado que algunos disturbios son causados por agentes humanos que sufren de una disfunción psicológica como ira reprimida, hostilidad y tensión sexual.

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