La Carga Mental, tiene Género

Se refiere al conjunto de tensiones inducidas en una persona por las exigencias del esfuerzo mental y emocional en un determinado contexto.

La carga mental, es un agotamiento que sienten exclusivamente las mujeres, y está relacionado a la educación que se nos ha impartido.

Es un diálogo interno que proviene de mandatos sociales recibidos, además de las tareas cotidianas y se manifiesta continuamente de manera silenciosa, pero sistemática.

La carga mental, se vive en soledad y es invisible, todos parecen naturalizarlo.

Comentarios como: “es lo que tenés que hacer, no te quejes, todas lo hicimos, no seas exagerada, ya te vas a acostumbrar” van naturalizando estas prácticas cotidianas.

Se relaciona al género femenino con tareas de cuidado, con lo cual son ellas, las que tienen en sus cabezas diariamente la mayoría de las responsabilidades de sus hijos y quehaceres domésticos.

La carga mental se reduce a todas las tareas diarias, que recaen sistemáticamente sobre una sola persona, y se repiten invariablemente.

Hace pocos años que soy verdaderamente consciente de mi cansancio y de todo lo que hacía y hago con dos niños muy pequeños, siendo además una mujer que trabaja afuera y adentro de su casa, por elección.

Levantarme temprano, sacarme leche, preparar la ropa, sus mochilas, llevarlos al colegio, trabajar, comprar, cocinar, ordenar, darles de comer. Luego prepararme para trabajar nuevamente.  Llevarlos a los cumples, actividades deportivas, extra escolares , invitar amigos, atenderlos.

Sonreír, siempre sonreír.

Comenzar con las rutinas de la noche… bañarlos, comer, contarles un cuento, y con todo tu cuerpo desear que se duerman.

En ese momento, al final del día, con suerte encontrar algunos minutos para pensarte, sentirte o escucharte.

Nadie parece entender, lo difícil que es maternar y tener tantas cosas en la cabeza.

Lo relaciono con un motor, que no para, que te dice lo que falta, lo que no te podés olvidar, lo que tenés que hacer…siempre atentas a todo, menos a nosotras mismas.

¿Cuál es el precio de comprarnos el papel de las súper heroínas?

¿Quién nos hizo creer que podíamos con todo? Esto produce un desgaste total, en nuestras mentes y en nuestros cuerpos.

A eso se le suma la exigencia por rendir en los trabajos, ser una buenas madres y mostrarnos bellas.

Simone de  Beauvoir, dirá la frase “no se nace mujer, se llega a serlo”, pero creo que este precio es muy alto.

Alguien nos hizo creer que esto es lo que todas naturalmente podemos, y lo peor es que si lo hacemos nos sentiremos plenas y felices.

Nada más alejado de la realidad, cuántas de nosotras llegamos a la noche exhaustas, llorando de dolor y cansancio.

Las mujeres entonces nos convertimos en instrumentos eficaces que resuelven las vidas, de los demás, pero no se nos quiere y valora por lo que somos, sino por nuestro fin utilitario.

 Me detengo una vez más a pensar cual es precio que pagamos, y creo que es muy alto, terminar deprimidas e invisibles.

¿Qué podemos hacer para hacerle frente a la misma?

1-En principio, reconocer cuáles son las normas y lineamientos de género, subyacentes, que se incorporan en forma cotidiana.

¿Te representan o fue adquirido y aprendido?

2.Podès hacer listas, y anotarte las tareas relevantes, aceptando que posiblemente no puedas con todo, porque no sos un robot.

3. Delegar, en otras personas, que quieran ayudarte, entendiendo que no lo van a hacer como vos, pero que está bien igual.

4.Incorporando a tu pareja de crianza, en cada una de las actividades, aunque se resista, y sobre todo explicándole que nada es naturalizado sino construido socialmente.

5.Por último, dejando la exigencia de lado, y respetando tus tiempos y espacios.

¿Cómo vas a cuidar a otros, si vos no estás bien?

LIC.VANESA VIDEIRA

 

Datos de contacto:

Teléfono: 1123245486

Página web. www.licvanesavideira.com.ar

Instagram: licvanesavideira