Durante décadas, la longevidad se entendió como un simple numero: cuantos años alcanzamos. Hoy la ciencia y la medicina nos enseñan que lo que lo realmente importante es cómo vivimos esos años. Alcanzar edades avanzadas solo tiene sentido si se mantiene cierta independencia, vitalidad y salud.
Alimentación equilibrada, actividad física constante, descanso reparador, salud emocional y prevención médica, determinan si nuestra vida será larga y significativa. La noción de “esperanza de vida saludable” desplaza la antigua idea de solo prolongar la vida: no se trata únicamente de añadir años, sino de añadir años de bienestar, energía y autonomía.
Hablamos de ¿Herencia o elecciones?.......
“La genética influye, pero los hábitos marcan la diferencia”
La genética explica entre un 20% y 30% de la variabilidad en la longevidad. Mutaciones como las del gen FOXO3, asociadas con la reparación celular y la resistencia al estrés, se encuentran en centenarios. Pero incluso quienes no las poseen pueden activar mecanismos biológicos similares mediante hábitos saludables.
Estilo de vida: las variables sobre las que podemos actuar
“Las zonas azules nos enseñan que vivir mas no es un misterio: es un estilo de vida”
Las zonas azules son regiones donde las personas viven más años con salud y vitalidad. Ejemplos: Okinawa(Japón), Cerdeña(Italia), Icaria(Grecia), Nicoya (Costa Rica) y Loma Linda (California).
Factores comunes:
*Alimentación basada en plantas
*Actividad física diaria y constante
*Relaciones sociales solidas
*Propósito de vida claro(“Ikigai”)
*Estrés reducido y conexión con la naturaleza
Estos patrones demuestran que el estilo de vida y el entorno son determinantes clave, más allá de la genética. Aprender a gestionar el estrés es uno de los secretos mejor guardados de la longevidad. Meditación, respiración consciente, y pausas para desconectar equilibran mente y cuerpo, reduciendo enfermedades asociadas al estrés.
Entorno: la base invisible de la longevidad
El lugar donde vivimos también influye. Acceder a servicios de salud, aire limpio, seguridad y relaciones sociales reduce la mortalidad, mientras que la soledad, el aislamiento y la contaminación pueden acortar la vida.
Gracias a la genómica, la biotecnología y la medicina personalizada, hoy entendemos la longevidad como un fenómeno modulable. La ciencia no solo estudia cuanto vivimos, sino como extender los años de vida saludable y plena, logrando que cada etapa de la vida se viva con energía, propósito y bienestar.
Por tanto, creo firmemente que cada mujer tiene el poder de construir su propia longevidad. No se trata de buscar la inmortalidad, sino de vivir disfrutando con autonomía y bienestar, y sumando años de calidad a nuestra existencia.
Un reto profundamente humano.
Dra. Mariela Fuentes Costilla
@drafuentescostilla
Clínica ERES – Medicina Reproductiva y Tocoginecologia
Santiago del Estero, Argentina
Instagram: @eres. medicinareproductiva
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Turnos al WhatsApp: +54 9 3855 23-0714






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