martes 26 de agosto del 2025

Serafina: donde cada cartera guarda un alma

Hay historias que nacen entre hilos, retazos y manos inquietas. Historias que parecen escritas por el destino, pero que en realidad se tejen con paciencia, constancia y amor. La de Rosana Simerman, creadora de Serafina, es una de esas: una vida entera marcada por el cuero, por las herramientas heredadas y por una familia que hizo de la marroquinería un arte sagrado. Galería de fotosGalería de fotos

Serafina: donde cada cartera guarda un alma
Serafina: donde cada cartera guarda un alma | CONTENTLIKE CARAS
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“Cuando me preguntan de dónde nace mi amor por la marroquinería, siento orgullo, felicidad. Me corre por las venas, porque mi papá, mi mamá, mis tíos y mis hermanos me lo enseñaron desde chica. Aprendí jugando, revolviendo retazos para hacerle carteras a las Barbies”, cuenta Rosana, con la sonrisa de quien sabe que cada pieza lleva impreso un linaje.

Crecer con un padre marroquinero significó ver la pasión hecha disciplina. Él trabajaba sin descanso, de lunes a lunes, y ella aprendió de su ejemplo el valor del esfuerzo y del detalle. “Cada cartera que hago late con ese profesionalismo que me enseñó mi papá, con la delicadeza que poníamos en cada costura y con el compromiso de crear algo reforzado, lindo y elegante.”

Hace tres años, Rosana decidió ponerle nombre propio a esa pasión: Serafina. Una marca que es mucho más que carteras: es identidad, es orgullo, es una declaración de amor a lo artesanal. “Cuando lo digo, lo digo con el pecho inflado. Serafina soy yo, mi historia, mis ganas de crecer.”

Cada diseño es único, porque se personaliza desde el corazón de la clienta o desde la inspiración de Rosana. “Siempre digo: esa cartera que soñás… Serafina te la hace realidad”. Y no exagera: cada pieza es un pequeño universo que refleja la esencia de la mujer que la lleva, como un diario íntimo que guarda secretos, rutinas y sueños.

Hubo clientas que la emocionaron profundamente, como aquella mujer que vino desde Neuquén y quedó maravillada con sus carteras. “Se creó un vínculo mágico. Ese amor que yo pongo en cada pieza es lo que ellas sienten cuando las tocan.”

Más que un accesorio, un legado

Para Rosana, la confección y la calidad son innegociables. Trabaja con la paciencia de lo antiguo y la curiosidad de lo moderno. “A veces podría hacerlo rápido, pero prefiero que me lleve más tiempo y quede perfecto.” Porque cada cartera no es solo un accesorio: es un legado, una obra que aspira a acompañar a una mujer toda la vida.

“Con mis manos quiero dejar un legado de autenticidad y amor por lo artesanal. Quiero que Serafina sea recordada como una marca con alma, donde cada diseño hable de dedicación, elegancia y pasión.”

 Serafina es: un universo tejido con hilos invisibles de historia, arte y pasión. Un recordatorio de que los sueños, cuando se cosen con amor, se convierten en alas, conócela: https://www.instagram.com/serafina.sr/

 

 

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