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El zodíaco está compuesto por doce signos distribuidos entre los cuatro elementos: fuego-tierra-aire-agua.
Mientras que la preponderancia en fuego o aire tiende a conformar personalidades más extrovertidas, cuando hay mayoría de tierra o agua se tiende más a la introversión.
Concretamente, el fuego es acción, movimiento, vitalidad, subjetividad, velocidad; que en cada caso concreto (es decir, según cuál sea el signo del cual se trate) tendrá características puntuales. Es decir, en Aries, esas características se centran en el deseo (es acción dirigida hacia un deseo que moviliza); en Leo, el foco estará centrado en desarrollar la propia imagen e identidad, diferenciada de los lugares de pertenencia; en Sagitario, se tratará de contagiar vitalidad a otros por medio de acciones que funcionan como guía.
La tierra es concreta, pragmática, lenta y estable. Nos conecta con los recursos. En Tauro lo principal es “hacer materia”, vivir el proceso que ello demande; en Virgo esa tierra se trabaja y perfecciona para llegar a su máxima y perfecta expresión en Capricornio.
El aire es veloz pero ligero, sutil, amplio. Nos conecta con la mente y la vincularidad. En Géminis se trata de establecer puentes, comunicarnos, percibir lo simultáneo; en Libra nos encontramos por primera vez con otro -distinto de uno mismo-, mientras que, en Acuario, tomamos contacto con una percepción global que va más allá de los límites de la materia, por lo que nos conecta con nuestra máxima creatividad y libertad de espíritu.
El agua es profunda, misteriosa, lenta. Nos conecta con el mundo interno y emocional. En Cáncer, tomamos por primera vez contacto con ese mundo interno, la memoria de lo conocido; en Escorpio vamos más allá y nos enfrentamos con todo aquello que antes negamos en nosotros y en los demás y, por último, en Piscis, alcanzamos un nivel de resonancia y sensibilidad que borra cualquier tipo de frontera con el afuera.
La rueda zodiacal abre en fuego (con el signo Aries) y cierra con el elemento agua (el signo Piscis). De esta manera, si seguimos la secuencia (Aries-Tauro-Géminis-Cáncer-Leo-Virgo-Libra-Escorpio-Sagitario-Capricornio-Acuario-Piscis), observaremos que es un latir en el que, a un movimiento hacia afuera, le sigue uno hacia adentro, al igual que sucede con el bombeo de un corazón.
En cada carta están presentes los 10 planetas distribuidos entre los 12 signos. Somos mucho más que nuestro signo solar.
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