¿Cómo decidió ejercer su profesión de manera independiente?
Nací y me crie dentro de una familia de médicos que me inculcaron el amor por la profesión. Mi padre fue el primero en mostrarme lo hermoso de este camino de la Medicina. Desde siempre los ojos fueron mi pasión y mi motivo de estudio. Valorar la región de los ojos puede hacer toda la diferencia en belleza facial, impactando no solo en la forma como uno se ve, sino también cómo es visto por los otros.
En su profesión, ¿qué diferencial aporta una mujer a la hora de liderar?
La fuerza, la pasión y el compromiso son claves a la hora de liderar cualquier emprendimiento. En lo que atañe a mi profesión, la imagen es fundamental. La misma es nuestro canal de expresión, logrando ser el medio para sentir alegría, bienestar y seguridad.
¿Cuál fue su mayor caso de éxito?
Mi éxito radica en haber logrado insertarme en una ciudad en la que no conocía a nadie. Solo a mi marido. Y poco a poco me fui insertando. Fui conociendo colegas, haciendo amigos. Todo eso fue un gran desafío para mí.
¿Cuál fue el fracaso del que más aprendió?
No creo en los fracasos, creo enfáticamente en los aprendizajes.
¿Cuánto pesa la comunicación en su profesión?
La comunicación dentro de mi profesión es una de las cosas que más valoro. Hablar con mis pacientes y saber qué es lo que quieren mejorar, es clave. Considero que comunicar y mostrar nuestro trabajo es fundamental para darle seguridad a nuestros pacientes. Por ejemplo, hoy en día comunicamos bastante a través de las redes sociales.
Yo, particularmente, me tomo el trabajo de contestar de forma personal todas las consultas que mis pacientes me hacen, ya sea por Instagram, Facebook o WhatsApp. Por supuesto, siempre remarcando la importancia de la evaluación que debemos hacer en consultorio previa a cada tratamiento
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