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Es fundamental entender que cualquier blanqueamiento casero sin supervisión conlleva riesgos para la salud dental, y los costos pueden acabar siendo más elevados que un tratamiento profesional realizado por un odontólogo.
No hay más que realizar una búsqueda en internet para comprobar los miles de “trucos de la abuela” basados en bicarbonato, vinagre, limón, jugo de manzana, pasta de frutillas, etc.
Éstas son algunas de las consecuencias generales que puede tener el recurrir a blanqueamientos dentales caseros sin supervisión profesional:
- Dientes más amarillos a largo plazo por erosión del esmalte.
- Quemaduras en las encías y mucosas
- Alteración de la flora bacteriana oral
- Hípersensibilidad dental
- Desgaste dental
Si continuas con esta práctica, tus dientes quedarán más débiles y obtendrán una coloración amarillenta. Eso se debe a que la blancura de tus dientes lo da el ESMALTE y con este tipo de tratamientos caseros, el mismo se abrasiona dejando que se exponga la DENTINA que es de color amarillo/marronado y se encuentra debajo de él.
Es por eso que la mayoría de los “remedios caseros” pueden eliminar manchas de la superficie externa del diente y ejercen un cierto efecto blanqueante que dura un par de horas con suerte. Porque al abrasionar el esmalte, el mismo queda más poroso y, por incidencia de la luz, da la apariencia de que el diente es más blanco (al quedar opaco), pero como dijimos anteriormente, eso dura solo unas horas ya que, esa microporosidad formada, luego es obstruida por minerales de la saliva y residuos de la alimentación dejándolo aún más expuesto a sufrir pigmentaciones.
Ahí es cuando el paciente entra en un punto de inflexión donde se encuentra en un círculo vicioso que, como sus dientes se volvieron más oscuros, cae nuevamente en el blanqueamiento casero (que, sin saberlo le dura un breve momento) pero luego los ve aún más oscuros y entonces se lo vuelve realizar hasta que un día llega a un “límite” por acumulación de signos y síntomas y recien ahí concurre a la consulta odontológica donde le explicamos que ese esmalte perdido ya no podrá recuperarse y que necesita otro tipo de terapia para salvar sus piezas dentales de tal abrasión.
En definitiva, el blanqueamiento dental es una técnica que tiene que ser aplicada por profesionales cualificados, con materiales aprobados, de estricto uso médico, y siempre sobre una dentición sana. Todo ello asegurará un resultado eficaz y evitará efectos secundarios indeseados.
Bajo supervisión profesional, el tratamiento es indoloro y no suele dar problemas, pero es imprescindible que esté controlado por un experto por si apareciesen molestias, pequeñas reacciones alérgicas o cualquier otra circunstancia.
Evitá correr peligros innecesarios con remedios caseros y ante todo cuidá tus dientes.
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