jueves 25 de abril del 2024

Ser una Mujer Tántrica, por Natalia Ríos

Hoy, en el auge occidental del Tantra, a menudo nos preguntamos: ‘¿será una opción viable para mi?’ Hemos recorrido varias disciplinas, y ésta suena tentadora. Tal vez un poco desafiante. Natalia Ríos, quien se desempeñó casi exclusivamente como docente de Tantra durante los 2 últimos años, nos aclara el panorama. Galería de fotosGalería de fotos

CREDITO CARAS

“En mi desempeño como docente de Tantra entendí que, para Occidente, Tantra es sinónimo de coito: herramientas sagradas para un mejor desempeño sexual-genital. Las parejas se acercan con la esperanza de salvar su deseo sexual, los hombres de tener una performance más duradera, las mujeres, por su parte (oh sorpresa!), de ‘enamorar’. Hay muchas motivaciones para acercarse a esta disciplina, pero todas involucran la actividad sexual.

Siempre invito a las personas a investigar los orígenes históricos del Tantra, para entender mejor sus fundamentos y desapegarse de la idea de los resultados inmediatos asociados a la genitalidad.

He conocido personas que no estaban en condiciones emocionales o espirituales para entrar en una actividad al desnudo, sufrir por las consecuencias de lo que terminaron sintiendo una transgresión innecesaria que les dejó el recrudecimiento de un trauma a flor de piel, sin el apoyo que necesitaban para atravesar la dificultad emergente.

Me gusta recordarles que no siempre es necesario ‘transgredir los limites personales’ para superarse a sí mismos. En ocasiones, los escenarios se nos presentan para poder decir que NO a lo que nos está generando dudas o nos despierta el instinto de huida. Si nos ponemos bien ‘tántricas’, la idea es aprender a integrar el cuerpo y las emociones/sensaciones que se producen dentro de él, como una forma de crecer en Consciencia Espiritual.

Incluir al cuerpo en la práctica espiritual involucra nutrición, atención, higiene, movimiento. Una escucha activa de sus cambios y ritmos, sus ciclos. Una atención especial a sus ‘rushes’ hormonales. Observar de qué manera le hablamos, qué mensajes ha recibido. Revisar qué nos da placer y seguridad. ¡Todo esto, irá conduciendo, progresivamente, al auto-respeto, a la consciencia del gozo, propia y de los demás, claro!

Será una saludable consecuencia que cada área de la vida refleje este salto de consciencia, inclusive el área de la intimidad. Como todo camino de integración, en el proceso está la riqueza. En la mirada hacia el mundo interior. En la posibilidad de descubrirnos como co-creadoras de la vida.”

 

Natalia Ríos

Instagram: @soynataliarios

WhatsApp: +54 9 2252 45 1745

Email: [email protected]

 

 

 

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