¿Te dijeron que tenías que esperar para atender a tu hijo?

Muchos padres aún creen que deben esperar a que su hijo tenga todos los dientes definitivos para ir al odontólogo. Pero eso es un error que puede costar caro. Para la Dra. Micaela Rausch, directora de Rausch Odontología, el momento ideal para la primera consulta es cuando aparece el primer diente, o incluso antes.

“Esperar es perder una oportunidad única de guiar cómo va a crecer esa cara”, afirma. Micaela es odontóloga especializada en odontopediatría y ortopedia funcional, y atiende bebés desde el nacimiento. En su consultorio, la atención temprana no solo previene caries, sino que permite observar cómo el niño respira, mastica, duerme, coloca la lengua, y cómo se están formando sus huesos faciales.

La detección precoz de hábitos perjudiciales, como respirar por la boca o el uso prolongado del chupete, puede evitar problemas mayores en el futuro. “Muchos niños llegan tarde. Y eso genera tratamientos más largos, más invasivos, y a veces innecesarios si se hubiese intervenido antes”, explica.

Su enfoque no es solo clínico: también es emocional. “Trabajo desde lo que llamo la filosofía de la empatía: respetar los tiempos, validar emociones y explicar lo que va a pasar. Incluso uso peluches para mostrar procedimientos”, cuenta.

Micaela conoce el miedo que genera el sillón dental: fue paciente muchas veces. Y esa experiencia personal la llevó a construir un espacio distinto, donde los chicos —y los adultos también— puedan sentirse contenidos y cuidados.

“Si algo está mal, hay que actuar. No hay que esperar a que el problema se agrave”, concluye. Un mensaje claro, firme y lleno de amor, que transforma la manera en la que entendemos la salud bucal infantil.

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