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Luis López, conocido popularmente como “El Tucu”, nació en Tucumán y desde hace veinte años vive en Buenos Aires. Desde joven, siempre sintió una fuerte atracción por los medios de comunicación, lo que lo llevó a recibirse de locutor profesional y a trabajar en diversas emisoras de radio. Además, fue asistente de cámara y camarógrafo durante seis años. Su carrera artística abarcó también la participación en el elenco de la obra Sex de José María Muscari y la conducción de varios programas de televisión. Pero, además de su faceta mediática, se recibió de bombero voluntario en San Isidro, arriesgando su vida por los demás. En la actualidad, forma parte del elenco de Sinvergüenzas, una comedia inspirada en la película Full Monty, que recorre el país y se despide el 11 de septiembre en el emblemático Teatro Gran Rex.
En una reciente entrevista para el programa +CARAS, conducido por Héctor Maugeri, el Tucu López compartió detalles íntimos sobre su vida, pasiones y amores. Al inicio del encuentro, Maugeri enumeró algunas de las características que lo definen: “Atrevido, sensual, simpático, chongo, conquistador, carpintero, perrero y ciruja”. Entre risas, el Tucu asintió a varias, explicando: “Hay un poco de atrevido. Sensual, pero sin intención. Simpático, porque le pongo humor a la vida. Chongo, puede ser. Conquistador, porque tengo suerte. Carpintero, me encanta. Perrero, fanático total. Y ciruja, recontra”.
El extraño día a día del Tucu López
El Tucu confesó que tiene una inclinación por recuperar objetos de la calle, especialmente cuando se trata de madera: “Voy en mi camioneta por cualquier calle y, si veo un volquete, paro a revisar. Hay muchos tesoros. Me encanta la restauración, y muchas veces levanto madera para prender fuego en mi casa”.
A su vez, agregó entre risas: “Tengo el mal de esas personas que piensan que algunas cosas en algún momento pueden servir”.
Uno por uno, todos los tocs del Tucu López
Durante la entrevista, el Tucu también reveló uno de sus mayores secretos: una fobia poco común y sus tocs. “No uso camisas porque me dan asco los botones de plástico. Se llama koumpounofobia”. Con humor, explicó cómo esa aversión ha influido en su vida diaria, obligándolo a buscar alternativas a las prendas que la mayoría de las personas consideran comunes.
El galán también compartió algunos de sus hábitos obsesivos: “Junto tornillos. Veo tornillos en lugares inesperados y los junto, porque para mí son un buen augurio”. Otro de sus tocs es que, si olvida algo en su casa y vuelve a buscarlo, antes de salir de nuevo, debe sentarse en el sillón, contar hasta seis y recién entonces puede marcharse.
Sorprendido, Maugeri le preguntó en tono de broma si estaba haciendo terapia, El Tucu, con sinceridad, respondió: “Ahora no estoy haciendo terapia. Hago y dejo. Pero, en ninguno de los periodos en los que estuve psicoanalizado, llegué a abordar estos hábitos”.
MDP
