En una conversación íntima con Héctor Maugeri para +CARAS, José Valosen reflexionó sobre la elegancia masculina desde un lugar despojado de excesos y cargado de intención. Habló con calma, como quien había visto pasar tendencias, épocas y caprichos del mercado, pero conservaba una convicción: la sofisticación no residía en el precio, sino en la corrección. Para él, el estilo era una actitud y una disciplina más que un catálogo de marcas. Y sostenía que el lujo genuino era aquel que no gritaba, pero se notaba.
José Valosen contó cuáles son los imprescindibles del vestidor masculino
Cuando Maugeri le preguntó qué no podía faltar en el guardarropa de un hombre, Valosen no dudó. “Un traje azul, el traje negro y la camisa blanca no podían faltar. Ya está perfecto”, resumió, como quien entregaba una fórmula infalible. Consideraba que esos tres elementos eran la base de cualquier hombre que quisiera transmitir presencia sin caer en excesos.
Asimismo, advirtió que, muchas veces, la verdadera diferencia estaba en los detalles más pequeños. Entre ellos, mencionó algo que solía pasar desapercibido. “Ahora hay un detalle en los hombres: las medias”, señaló con picardía. Según él, muchos descuidaban ese gesto mínimo que podía elevar —o arruinar— un look. Para Valosen, la coherencia estética empezaba por lo que no se veía.
Su definición de lujo se alejaba del imaginario común. “A veces nos confundíamos y se creía que el lujo era llevar una prenda muy costosa”, aseguró, convencido de que el mercado había alimentado una idea distorsionada. Para él, la calidad no se medía por la etiqueta. “El lujo era construir una prenda correctamente”, explicó en +CARAS, como quien hablaba del oficio en su estado más puro.
José Valosen y una filosofía que no pasó de moda
Pero fue un paso más allá. “El lujo era vestir la prenda correctamente”, insistió, subrayando que vestirse bien no dependía de la billetera, sino de la actitud. Y cuando habló de “correctamente”, lo definió con precisión: estar pulcro, perfumado y con la camisa impecablemente planchada. Tres condiciones simples que, para él, constituían la verdadera esencia del lujo silencioso.
Valosen afirmó que la elegancia auténtica no necesitaba estridencias. Defendió un modo de vestir donde la prolijidad, la armonía y el respeto por uno mismo eran más importantes que cualquier tendencia. Y aseguró que, en un mundo saturado de estímulos, la corrección seguía siendo un acto de distinción. Para él, el lujo verdadero era un gesto íntimo antes que una exhibición.
José Valosen recordó sus inicios: “Empecé de mantero vendiendo remeras en la calle”
Sebastián Estevanez: “La vi y dije ‘me caso’; 24 años después siento lo mismo”
El motivo por el que Sebastián Estevanez decidió dejar de actuar: así es su nueva vida fuera de la televisión
Por primera vez, Sebastián Estevanez habló del accidente que casi le cuesta la vida: "Pensé que me moría"
Feinmann contra los jueces de la Causa Cuadrenos: "Están jugando para la chorra"
Horóscopo: qué necesita cada signo saber antes de cerrar este año 2025
Sofía Zámolo reveló que perdió dos embarazos: "Nadie te prepara para soltar"