El juicio contra Claudio Contardi por la denuncia de Julieta Prandi continúa su proceso y se encuentra en las instancias definitorias. Tras los alegatos finales, y el pedido de 50 años de prisión por parte de los abogados de la modelo, se espera que se conozca la sentencia durante la próxima semana.
Tanto en los Tribunales como en los portales de noticias y en las redes sociales, se escribieron cientos y cientos de palabras sobre lo que fue la pareja y las situaciones que vivió la modelo dentro de ella. Una gama de temas que abarcó partes de su vida cotidiana, temas económicos y hasta negocios y elementos del aspecto laboral y económico.

Uno de los puntos que consigue reunir muchos de esos elementos es, sin dudas, Tuny y Pepy. Se trata de un bar que Julieta Prandi y Claudio Contardi tenían en Pinamar, en la costa argentina y cuyo nombre rememoraba su pareja, como la propia actriz supo contar.
Así era Tuny y Pepy, el bar de Julieta Prandi y Claudio Contardi
Hace más de diez años, las portadas de todos los portales y los programas de espectáculos se hacían eco de una noticia inesperada. Julieta Prandi, que en ese momento tenía 32 años, inauguraba un bar de comida rápida a una cuadra de la playa en Pinamar.
Se trataba de un lugar que pretendía tener un ambiente familiar, segmentado en un decorado alegre y divertido, que quería ofrecer “algo diferente” y “para la familia”. Lo más llamativo era que esos pedidos de panqueques y hamburguesas, que poblaban el menú, eran atendidos por “sus propios dueños”. Un sello que bastaba para que cientos de personas se acercaran día a día.

“Pensamos este lugar para que la familia pueda pasar un momento distinto, que los chicos estén contenidos y poder ofrecer algo distinto”, decía Julieta en una de las tantas entrevistas en las que hablaba del tema. “No queríamos otro pelotero, nos inclinamos por espacios delimitados por libros, juegos, una pantalla, personal permanente para interactuar con los más pequeños y no sólo mirarlos”, agregaba Contardi.
En 2019, ya con la separación de Claudio Contardi y Julieta Prandi consumada, la franquicia llegó a Nordelta, aunque no duró mucho. Su última publicación en Instagram se dio dos meses después, en agosto, apenas unas semanas antes de que se oficializara el divorcio.

El nombre del bar rendía homenaje a su pareja.
En una entrevista con Revista Noticias, Julieta Prandi había revelado que el nombre de “Tuny y Pepy” venía directamente desde la intimidad de su hogar. “Con mi marido nos llamamos así, él es Tuny y yo soy Pepy. Cuando estaba en “Zapping”, una vez el Pelado (Guillermo López) se enteró y, en chiste, cuando terminaba el programa decía: “un beso para el Tuny”. Y tanto llamarnos así, nos pareció divertido ponerle ese nombre al restaurante”, contó.
Luego, agregó que los dibujos que se ven en el logo del lugar también hacen referencia a ambos. “De ahí también surgieron los muñequitos, que son como una caricatura nuestra. Nos pareció divertido y es un poco el espíritu del restaurante, que es familiar y tiene un espacio para chicos, “la isla de Mateo”, en honor a mi hijo.”, añadió.

De aquel emprendimiento hoy solo quedan algunas notas de antaño, una página web que no funciona y una cuenta de Instagram abandonada. Esta última, es testigo de cientos de comentarios contra Contardi y en defensa de Julieta Prandi.

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